INTRODUCCIÓN
Voy a reflexionar sobre dos obras fundamentales de Byung-Chul Han: "La sociedad de la transparencia" y "La sociedad del cansancio", para intentar demostrar por qué el globalismo y la totalitaria Agenda 2030 europea son, en esencia, la causa y origen de la obra del filósofo coreano.
Byung-Chul Han es, como todos los filósofos, hijo de una época y de unas circunstancias históricas concretas; y pocos como él han sabido desarrollar y fundamentar las aspiración teleológicas de nuestra era globalizadora y de la Eurabia actual: llegar a ser felices sin tener nada.
¿El premio Princesa de Asturias, concedido recientemente a Han, no supone, de hecho, su reconocimiento como filósofo del régimen actual? O, por decirlo en términos heideggerianos:
¿Sería Byung-Chul Han el pastor elegido para propagar la verdad de un nuevo Dasein histórico?
LA SOCIEDAD DE LA TRANSPARENCIA
Decía Heidegger que "las verdades" eran el fruto del devenir de cada época histórica. Foucault afinó más y nos explicó que la verdad surgía del consenso político que institucionaliza y legitima verdades a partir de los intereses y motivaciones de grupos de poder.
La verdad ontológica, por tanto, siempre se corresponde con un modo de ser hombre, con una determinada cosmovisión (interpretación del mundo y de la vida) y, en última instancia, dicha verdad es el fundamento de las aspiraciones teleológicas de un concreto Dasein histórico.
La verdad que hace suya e institucionaliza un determinado período histórico legitimara, por tanto, las normas y reglas que se impartirán en las granjas-escuela para regir las vidas de los hombres o, en palabras de Sloterdijk, para criar y domesticar al ganado humano; para formar y moldear un determinado modo de ser hombre en el mundo y con los demás.
Reconocida esta relación dinámica e interactiva entre historia y verdad, deberíamos hacernos la siguiente pregunta:
¿El filósofo descubre y/o revela la verdad de una época? ¿O son los condicionantes históricos, sus aspiraciones, esperanzas y dolores, los que determinan unos concretos modos de pensar y ser (filosofar)?
EL CLARO DEL BOSQUE (lichtung)
Según Byung-Chul Han "la sociedad de la transparencia" ha eliminado el claro donde se desvela la verdad ontológica, sustituyéndola por una verdad positiva, ebria de excesiva información, que le impide al ser humano acceder a la apertura o desocultación del ser (sentido de su ser-en el mundo).
Según Han, estamos inmersos en una época tecnológica que elimina el lichtung y donde los datos prescinden de las esencias; una época caracterizada por un definitivo olvido por la cuestión del ser.
¿Pero realmente ya no hay un claro donde pueda desvelarse la verdad? ¿O lo que sucede realmente es que las élites globalizadoras nos han ocultado la realidad y la necesidad vital de permanecer atentos y expectantes a la religación (Zubiri) y/o encuentro con el ser?
El claro sigue estando entre nosotros, en nuestro ser-en y con el mundo, por supuesto. Lo que sucede es que nos han privado de la ereignis (Heidegger), es decir, nos niegan determinadas posibilidades de ser; nos ocultan otros posibles modos de ser que no interesan a nuestros pastores.
LA NEGACIÓN DE LA EREIGNIS.
Está sucediendo en la actual Europa globalista y, por supuesto, también en España. Toda la superestructura (sistema educativo, medios de información, organismos e instituciones políticas...) está al servicio de unas determinadas verdades. Pero para legitimar una verdad concreta, es decir, para justificar sus bondades (o su necesidad de ser) resulta inevitable, al tiempo, negar y estigmatizar otras verdades o posibilidades de ser (ereignis) antagónicas.
Así, por ejemplo, la Europa habermasiana, socialdemócrata y multicultural, no se limita, tan sólo, a construir un proyecto europeo supranacional y transnacional, sino que también penaliza (coacciones institucionales mediante) las posibilidades de ser de las diferentes soberanías nacionales de los países que la integran.
En España, por ejemplo, se han legislado y aprobado leyes sectarias, como son la ley de memoria histórica y la ley de memoria democrática, cuyo único objetivo no es sólo reescribir la historia, que también, sino que pretenden, más grave en mi opinión, negar posibilidades de ser alternativas al relato y las verdades oficiales.
No se admite la pluralidad de conciencias. Dentro de poco también se castigará y perseguirá la libertad de expresión. Ya está sucediendo de hecho.
Y ante la negación de otras posibilidades de ser, quizás la nuestra, ¿qué deberíamos hacer?
¿Nos rebelamos o nos resignamos?
El lichtung no es sólo un "acontecer" donde se desvela la verdad ontológica sin la intervención del Dasein (ver Heidegger), sino que es un campo de batalla donde se desarrolla, a lo largo del tiempo, la lucha entre conciencias (tesis de Sloterdijk).
Si coincidimos con Sloterdijk, estaremos de acuerdo, por tanto, en que el claro no ha sido eliminado, sino que le ha sido conscientemente ocultado a una ciudadanía que, también, intencionadamente, ha sido convertida en "animales de lujo", o animales de granja privilegiados, como se prefiera.
Byung-Chul Han nos dice que ya no hay claro. Pero lo que sucede realmente es que al ciudadano medio le han sido negadas determinadas posibilidades de ser.
En muchas partes de España, por ejemplo, a los ciudadanos se les ha negado la posibilidad de ser español; se penaliza el sentimiento de pertenecer a España y se ridiculiza y estigmatiza la españolidad y el hecho de ser español, una de las pocas cosas serias que se pueden ser en el mundo.
Lo que pretende la élite actual, tanto en Eurabia como en España, a través del exceso de información en RRSS y la vorágine tecnológica en la que estamos inmersos, es lo mismo que, antaño, pretendieron las élites sirviéndose de otras antropotécnicas domesticadoras como la mitología, las religiones y las ideologías:
Siempre se trata de imponer una verdad ontológica, un nuevo modo de ser humano, negando, al tiempo, otras posibilidades o modos de ser alternativos. El claro, por tanto, podrá ocultarse entre ingentes cantidades de datos y distracciones (espectáculos de masas, internet, actividades de ocio...), pero jamás desaparece, porque la lucha entre conciencias constituye un imperativo vital inevitable e ineludible.
Continuaré con la parte II y "La sociedad del cansancio".
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