martes, 26 de enero de 2021

PSICOLOGÍA DE LAS IZQUIERDAS ILUSTRADAS (parte II)

INTRODUCCIÓN

En la primera parte, dedicada a elaborar un perfil psicológico de nuestras izquierdas ilustradas (españolas), expuse argumentos que demostraban que tanto en la ideología nacionalista como en la ideología internacionalista (ahora reconvertida en posnacionalismo y transnacionalismo habermasiano) subyacían esencialismos, ideas hipostasiadas que proporcionaban sentidos trascendentales y teleológicos a sus respectivas filosofías políticas. De hecho, ya señalé que toda filosofía política es inevitablemente moral, es decir, se fundamenta en justificaciones o razones ideológicas (ideas) que trascienden la mera realidad.

¿Por qué, entonces, diferentes clases de personas optan por hacer suyas diferentes ideologías o filosofías políticas?

Ya dijo Fichte (idealista alemán) que no escogíamos una determinada filosofía en función de sus demostradas bondades, validez universal, sino dependiendo de la clase de persona que fuésemos. Vino a decirnos, en definitiva, que a cada perfil psicológico le era propio un gusto estético y una afinidad moral que se correspondían con unas concretas filosofías y cosmovisiones ideológicas (interpretaciones del mundo y la vida).

Así que, siguiendo a Fichte y a riesgo de pecar de psicologismo (hermenéutica posmoderna), me atreveré a elaborar un perfil de nuestra izquierda ilustrada considerando los rasgos psicológicos y los modos de ser, en el mundo y con "lo otro", que la caracterizan.

PSICOLOGÍA DE NUESTRA IZQUIERDA ILUSTRADA

Me atrevería  a aseverar, en base a mi experiencia personal y diversas lecturas sobre el tema, que el rasgo esencial y más sobresaliente que subyace en nuestras izquierdas es su marcado carácter marxista (como diría García Domínguez, son mayoritariamente "leídos marxistas"). 

Los más refinados marxistas de otrora han evolucionado, pero, hacia un filomarxismo habermasiano o patriotismo constitucional que antepone la relevancia de la entidad política vs la entidad nacional. Consideran nuestras izquierdas ilustradas (habermasianas) que establecer unas reglas del juego consensuadas, a través de una democracia deliberativa, comunicativa y dialogante, debería ser suficiente para articular estados constitucionalistas que garanticen los derechos y libertades de todos los ciudadanos. Según ellos, poner el énfasis en esencialismos nacionalistas solo conduciría a repetir errores históricos y facilitar el retorno de la provincia heideggeriana. Tal sería, resumidamente, la tesis que defienden las izquierdas que se dicen constitucionalistas (PSOE, PP y C´s): considerar al nacionalismo como una conciencia potencialmente supremacista. De ahí que filósofos habermasianos, como Mikel Arteta, consideren que no es necesario mostrar "orgullo nacional" para defender un patriotismo político (constitucional). Por eso, otros brillantes filósofos españoles, como Fernando Savater o Félix Ovejero, desprecian, se la sopla o se la suda (palabras suyas), la nación española. Algunos, como Ovejero, incluso han escrito libros para diferenciar a las buenas izquierdas (ilustradas y constitucionalistas) de las malas (populistas y reaccionarias). Pero lo que subyace en el interior de todos ellos, por ilustrados, buenos y justos que se pretendan, es el temor, todavía muy presente en sus conciencias, de que vuelva la barbarie o "retorne la provincia heideggeriana" (que VOX simboliza o representa, según Arcadi Espada). Así, dicho temor  impele a nuestros ilustrados (Mikel Arteta de nuevo) a preferir lo que consideran un "mal menor": "el retorno de la urbe comunista" de la mano de Podemos. Siguen creyendo, en el fondo de sus conciencias marxistas, que siempre será preferible la barbarie comunista (internacionalista) a la barbarie nacionalista. Como se puede apreciar, una clara cuestión de preferencias estético-morales o, como dijera Fichte, identificación del Yo (psicología) con una determinada filosofía y/o ideología.

¿Cómo es, entonces, el Yo (perfil psicológico) de quienes exhiben este doble rasero moral o muestran mayor permisividad y tolerancia hacia el supremacismo comunista?

Han sido muchos los pensadores, desde Kierkegaard hasta Nietzsche, pasando por Fernández de la Mora y Peter Sloterdijk, que han señalado dos rasgos psicológicos inherentes a las ideologías de izquierdas: el resentimiento y la envidia. Pero no deseo ahora añadir nada sobre el resentimiento nietzscheano, que según el filósofo alemán generaba la moral de los débiles (léase desposeídos) vs la moral de los más fuertes. Tampoco me referiré a la envidia que, en el parecer de Kierkegaard, subyace en el ateo que no acepta su presencia en Dios; es decir, que no acepta su presencia en algo más superior y elevado que él. Sin duda, se podrían extraer interesantes reflexiones sobre las evidentes relaciones entre el resentimiento y la envidia y el hecho de ser de izquierdas. Baste, tan solo, señalar cómo el comunismo de Podemos se encarga de arremeter, día tras día, contra empresarios de éxito como Amancio Ortega; cómo los podemitas, en su día y demagogia mediante, se reivindicaron como trabajadores "descamisados" que vivían, orgullosamente además, en humildes barrios obreros. 

Sí me gustaría señalar la importante relación entre el hecho de ser de izquierdas y la idea de "envidia igualitaria", desarrollada por  Fernández de la Mora; una forma particular de envidia que el filósofo español postuló como el motor que ha movido históricamente, desde tiempos de la Grecia Clásica, a los individuos más mediocres, por lo general también resentidos,  a desterrar y despreciar lo más elevado, mejor y excelente. Ortega y Gasset, en esta misma línea, llamó "aristofobia" a esta insana necesidad de arremeter contra lo  mejor y más excelente. Y mucho escribió, también, sobre el individuo ejemplar y el hombre-masa, dado a hacer suya lo que Ortega denominó "pseudomoral eslava " (marxismo).

Me interesa, dejando de lado lo que sin duda son dos rasgos inherentes del individuo de izquierdas, el resentimiento y la envidia, centrarme en el rasgo que considero más relevante y que mejor define el "modo de ser" de la Izquierda Ilustrada: el desprecio.

Decía Sloterdijk en su "Crítica de la razón cínica" que el marxismo había sido la conciencia que con mayor prepotencia había cosificado y despreciado al resto de conciencias. De hecho, a los comunistas los definió como "los buenos criminales"; individuos capaces de legitimar los mayores crímenes y barbaridades en aras de conseguir loables fines últimos. Sin duda, como diría Zizek, los comunistas son fervientes ateos religiosos entregados celosamente a los dogmas de su fe.

Sin embargo, a pesar de las bien argumentadas y fundamentadas explicaciones de Sloterdijk sobre la prepotencia marxista y la criminalidad comunista, y a pesar de las confesiones, sin duda esclarecedoras e impagables, del comunista Slavoj Zizek, demostrando la presencia de esencialismo metafísico (religiosidad atea) subyacente en la ideología comunista, a pesar de todo ello, digo, nuestras Izquierdas Ilustradas siguen prefiriendo mil veces el comunismo de Podemos antes que a los liberal-conservadores de VOX. ¿Por qué? ¿Por qué desprecian tanto a VOX?

De entre todos nuestros "rojos ilustrados" (vamos a pagar al desprecio con desprecio) quizás haya sido Arcadi Espada, como ya señalé en la primera parte de "Perfil psicológico de las Izquierdas Ilustradas", el que con mayor prepotencia refinada, muy civilizada, eso sí, haya despreciado a la conciencia antagónica que representa VOX. Arcadi Espada, no solo alertó sobre el "retorno de la barbarie" que suponía la aparición de VOX en el claro del bosque de la política española, sino que despreció a la nueva formación política y, por ende, a millones de españoles, calificando al nuevo partido de cochambre intelectual, política y moral (cita literal).

No recuerdo a ningún político ni intelectual de peso, análogo a la importancia mediática que pueda tener Arcadi Espada, que se haya referido a Podemos, por ejemplo, con un desprecio tan evidente y desmesurado. Pero sí han sido muchos los pensadores de nuestras Izquierdas Ilustradas que no han disimulado su desprecio, irracional y, por qué no decirlo, endiosado, hacia VOX. A todos les ha bastado con sospechar o intuir que VOX era potencialmente un peligro para la democracia para juzgarlo y sentenciarlo al ostracismo mediático.

CONCLUSIÓN

Si el marxismo fue la conciencia que con mayor prepotencia despreció al resto de conciencias, como cree Sloterdijk y también creo yo (véanse los argumentos que lo prueban en "Crítica de la razón cínica"), no cabe duda de que nuestra Izquierda Ilustrada, ebria de dicho desprecio prepotente, es digna heredera del marxismo al que, sin duda, todavía se siente vinculada afectivamente, debido a los pretéritos apegos tempranos con el mismo.

Así, podríamos concluir, que la envidia y el resentimiento serían los rasgos psicológicos más presentes en la generalidad de las izquierdas proletarias, sobre todo entre el lumpenproletariado, carente de conciencia de clase, que ignora qué significa ser marxista, pero no duda en arremeter contra cualquiera que se le antoje mejor que él o que haya tenido más suerte en la vida que él.

Pero el desprecio prepotente, en mi opinión, sería el rasgo psicológico que mejor definiría a nuestra Izquierda Ilustrada. Una izquierda que tiene esa soberbia endiosada que le permite arrogarse estar en posesión de la Verdad o, en su defecto, que les permite creer que están situados en la mejor de las opciones políticas posibles: el patriotismo constitucional.

Como señaló Sloterdijk, retomando a Nietzsche, "todo el que desprecia a quien desprecia se convierte, inevitablemente, en despreciador". Así, de manera parecida, nuestra Izquierda Ilustrada se siente legitimada para despreciar a VOX, por considerarlo un partido peligroso (racista, xenófobo, homófobo y machista) que desprecia a los inmigrantes, a los homosexuales y a las mujeres (cuando en realidad VOX tan solo pide regular la inmigración ilegal y pide combatir ideológicamente a los nuevos dogmatismos femimarxistas y a las impositoras ideologías LGTBI). No importa que VOX no se haya pronunciado ni proclamado "extrema derecha"; ni importa que los hechos desmientan a sus detractores y despreciadores. A los despreciadores de nuestras Izquierdas Ilustradas les basta con sospechar e intuir que VOX es un despreciador, de la misma manera que a las Izquierdas reaccionarias (por utilziar la terminología de Ovejero) les bastó siempre con considerar fachas a los paniaguados socialdemócratas del PP y C´s.

Para legitimar el desprecio hacia un despreciador, primero hay que cosificar y convertir a la conciencia antagónica (VOX) en despreciadora, aunque no lo sea. Bastará, tan solo, con sospechar que pueda ser una conciencia despreciadora en "potencia". Y en esto, amigos míos, en pervertir la verdad y la realidad, el marxismo en general, y nuestras izquierdas en particular, son maestros aventajados.

7 comentarios:

  1. Apreciado amigo

    He leido, y tendre que volver a leer, tus dos ultimas ediciones y no sere yo quien discuta tus reflexiones ya que tienen una profundidad y densidad de la cual no me considero preparado para debatir

    Pero permiteme una apreciacion. Hablas de generacion de nuevas conciencias, y ya sabemos como han prosperado en base de tecnicas practicadas por Goebbels y me da por colegir que ahy algo mas

    Y ese algo es el valor humano. Conoces, de anteriores ocasiones, mi desazon cuando te comento la falta de aristocracia, de virtud personal, publica y ciudadana, en la vida social

    Sabes que soy de Ciencias, de esos que saben que el mas tonto experimento tira la mas bonita de las teorias. Estamos, y lo vemos, dirigidos por personas sin honor, sin orgullo, sin respeto, aprovechados de su poder. Hemos leido los nombre de los que se han saltado el turno de vacunacion. Hay en todos los estamentos.

    No hay aristocracia entre nuestra elite

    Y por cierto, Roca Barea y otros estan poniendo en cuestion el papel de las elites, desde el siglo XVIII, con la entronizacion de los Borbones, que fueron contrarias al pueblo. Y de hecho fue el pueblo bajo quien se rebelo eel 2 de mayo de 1808 en Madrid

    Estas elites, acomplejadas e incapaces de tener pensamiento propio, o de aceptar y participar en un mensaje comun, como tu mismo y otros proponen en las reflexiones de nuestros pensadores, desde Unamuno hasta Gustavo Bueno, pasando por Ortega, Zubiri y otros quierne imponer un lenguaje internacionalista, no se sabe si a favor del neomarximo cultural, del bolivarismo, de NWO, o de otras cosas peores que ya se comienzan a oir de congresistas USA

    Pero estas elites, que nos pastorean, no haran nada por nosotros. Ni lo desean. Y aun asi triunfan ( Nota 1 )


    Nos falta virtud, arete, y todas los atributos de los hombres de honor y merito


    Un saludo, pesimista pero con la esperanza de saber que la decencia, y el honor es aun patrimoniaode cada cual y de cada uno



    Jose


    Nota 1. Acabo de escuchar un post de un periodista, Albert Soler, que publicamente ha declarado, mas o menos, " el process demuestra qu el pueblo es t.o.n.t.o ". Mas o menos ( El quilombo. YouTube )

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  2. Hola José

    El problema de España, ya señalado en su día por Ortega, es que ésta ha carecido históricamente de una élite "aristoi" (según la acepción griega). A España siempre le faltó una clase dirigente formada por los mejores; y ante la ausencia de los mejores,era el pueblo el que hacía y actuaba (véase el 2 de mayo que citas).

    Por eso, Ortega no solo fundó y participó en revistas de divulgación filosófica (ej. "Revista de Occidente") sino que articuló en torno a su figura la Escuela de Madrid, una institución académica formada por una "élite ilustrada" liberal, pero también "pre-ocupada" por la razón de ser de la nación española, amenazada entonces, como ahora, por los particularismos periféricos (provincianismos tontilocos).

    Pero, justo entonces, la ideología marxista comenzó a tomar fuerza en España, provocando finalmente la GC. La élite formada en la Escuela de Madrid se fragmentó; hubo, por así decirlo, una escisión entre los que orientaron su ideología hacia el socialismo y (Zambrano) y quienes optaron por una vía más conservadora (Valdecasas). La GC acabó con la posibilidad de ser de un liberalismo orteguiano "raciovital".

    Después de la guerra, y paradójicamente, filósofos influenciados por la Escuela de Madrid, como Aranguren o Entralgo (falangistas), legitimaron postulados marxistas, como los referentes a la justicia social y la plusvalía.

    Poco a poco, y durante décadas, las élites Ilustradas formadas en las universidades españolas devinieron marxistas. Y por eso, hoy, nuestras izquierdas Ilustradas actuales son, principalmente, "leídos marxistas".

    La irrupción de VOX en la política española, tan necesariamente VITAL, ha supuesto, en mi opinión, el resurgir de un liberalismo-conservador muy orteguiano, por más que muchos de sus pensadores hayan bebido de la filosofía de Gustavo Bueno.

    Solo nos queda VOX para intentar recuperar valores ético-morales tradicionales: virtud, honor, dignidad, excelencia y meritocracia.

    Un saludo



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  3. Buenos dias

    Gracias por su aclaracion y respuesta
    Ibamos por el mismo camino

    Saludos cordiales


    Jose

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  4. Buenos dias de nuevo

    Me da por colegir que el problema de nuestra elites, las verdaderamente ilustre, es que no ha digerido la civilizacion, la laicidad, de la vida publica

    Se han des-religiosidado de malas maneras. Han interpretado mal es concepto de virtud/ aristoi como un compromiso personal y social. Han adoptado el milenarismo marxista, se han vuelto ..........herejes, y no ciudadanos de honor

    Saludos cordiales

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  5. Hola José

    Me temo que el marxismo, como la materia, no se destruye sino que se transforma, readapta y se reinterpreta según las circunstancias y los dolores colectivos de cada época.

    Hay mucho marxismo en Podemos, pero también en la socialdemocracia habermasiana, incluso en el PP y C's.

    Un saludo cordial

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  6. Buenas noches

    Te recomiendo la lectura de " carta abierta a D. Antonio Escohotado" de Pedro Insua en www.elliberal.com

    En el leera el argumento justificativo usado por el Sr Insua para diferenciar el regimen comunista con respecto al regimen nazi


    Sr Insua define al mal, el no seguir las indicaciones del Partido como una traicion, como un error, como un pecado, pero que no esta en la naturaleza del regimen

    Para Sr Insua, se puede escoger entre el bien y entre el mal en el comunismo. Reconoce que el mal......lleva al Gulag, pero que puedes escoger, claro, y los judios no

    Es decir, uno de los mayores pensadores del marximo actual español tiene argumentos que tendria un inquisidor con manual de caza de brujas en la mesilla del siglo XVI.......... en la Alemania luterana

    Mas de una vez le he comentado que es una herejia, y que los huerfanos de la fe, no se arrepienten de su credo, tan solo cambian la liturgia. Nada mas

    Saludos cordiales


    Jose

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  7. Hola José

    Buscaré el texto al que te refieres.
    Félix Ovejero, en su día, también diferenció el régimen comunista del nazi a partir del argumento de la "intencionalidad". Según F. Ovejero, la intencionalidad a priori del marxismo era buena de origen, mientras que la de los nazis fue mala desde sus propios fundamentos.

    Un saludo cordial

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