miércoles, 15 de marzo de 2023

LA PERSONALIDAD Y LOS DIFERENTES MODOS DE SER

INTRODUCCIÓN

Desde la filosofía, pero también desde la sociología, la antropología, la biología y, sobre todo, desde la psicología, diferentes ramas del saber se han formulado la siguiente pregunta:

¿Somos quienes estamos predestinados a ser, ya sea por designio divino o imperativo biogenético, o somos lo que la sociedad, nuestro medio y circunstancias, nos instan a ser  a través de condicionamientos y moldeamientos psicosociales y culturales?

La humanidad lleva tiempo intentando dar respuesta a esta crucial cuestión, pero no sólo por un desinteresado amor al saber, sino porque, históricamente, han sido numerosas las religiones e ideologías que han fundamentado sus cosmovisones (interpretaciones sobre el mundo y el ser humano) a partir de un determinado prototipo o modo de ser hombre, es decir, a través de lo que Heidegger llamó un Dasein histórico.

SIN ALMA SOMOS GANADO HUMANO

Cuando Nietzsche proclamó solemnemente su célebre "Dios ha muerto", no estaba tanto anunciando la muerte de un ente supremo celestial, que también, como la negación de que cualquier esencialismo y/o idea suprasensible (Dios, alma, espíritu...) pudieran ser elementos constitutivos del modo de ser humano.

Así pues, el comienzo de la modernidad arrancó con la desocultación de una terrible verdad:

Las distintas personalidades de los seres humanos, los diferentes modos de ser en y con-el mundo, no estaban predeterminadas por designios divinos, sino por factores biogenéticos y/o socioculturales.

Este nuevo modo posmoderno de considerar al ser humano como una copia (herencia genética) de sus progenitores o como el resultado de un moldeamiento sociocultural, tiene sus referentes más lejanos en la "Política" de Platón, donde el filósofo griego ya pensó que para articular su república ideal sería necesario, primero, criar y domesticar un determinado tipo de ganado humano.

El filósofo Peter Sloterdijk ha utilizado, no sin cierta intencionalidad maliciosa, el concepto de ganado humano (ver "Normas para el parque humano") para referirse a los individuos que, a lo largo de la historia, fueron moldeados en las granjas-escuelas a través de antropotécnicas humanistas, es decir, a través de herramientas civilizadoras y uniformadoras.

La intención de Platón, como la de cualquier humanismo desde los tiempos de la antigua Roma, fue la de crear hombres comprometidos con la polis; individuos cuyas personalidades individuales quedaran diluidas en un gran YO o conciencia colectiva. Se trataba, ayer como hoy, de crear una masa uniforme fácil de pastorear (leáse manipular y adoctrinar).

LA CONCIENCIA COLECTIVA

El marxismo fue la ideología del SXX que con mayor celo dogmático ensayó la creación de un nuevo modo de ser hombre: el modo de ser proletario, un modo de ser y estar en el mundo que le exigía al buen ciudadano sacrificar su personalidad individual poniéndola al servicio de una gran personalidad o conciencia colectiva.

La respuesta al supremacismo marxista, conciencia prepotente que negaba al resto de conciencias, llegó en la forma del nacionalsocialismo, el cual postularía un nuevo modo de ser humano: el modo de ser ario.

La conciencia marxista consideró que el modo de ser hombre (el nuevo hombre proletario) podía moldearse y crearse a través de pedagogía social institucionalizada por el Estado.  De hecho, fue en la ya extinta URSS donde se desarrolló la reflexología rusa, una predecesora de la psicología conductista que consideraba que el modo de ser de cada individuo (su personalidad) se originaba a partir de procesos neurológicos y bioquímicos entre el sujeto y su medio circundante. La conducta, sostenían, no dependía tanto de factores internos del individuo (cognitivos y emocionales) como del intercambio entre estímulos y respuestas. La conducta humana, por tanto, era susceptible de poder ser condicionada o moldeada; susceptible, en definitiva, de poder ser manipulada y adoctrinada para dar forma a concretos modos de ser hombre.

El nacionalsocialismo, por su parte, y siguiendo también la vía cientifista de la URSS, postuló la herencia biogenética (la raza) como el componente esencial a apartir del cual se originaría el conjunto de rasgos de personalidad que definirían, a su vez, el modo de ser del individuo. En este caso, un modo de ser ario.

Obsérvese que ambos supremacismos, marxista y nacionalsocialista, perseguían la consecución de utópicas sociedades futuras; sociedades que, por fuer, para alcanzar sus metas ideológicas debían estar habitadas por un concreto modo de ser hombre (proletario o ario). Ambas ideologías dogmáticas, por tanto,  negaron y combatieron al resto de conciencias, principalmente a las de corte liberal y anarquista.

Estas conciencia colectivas, endiosadas, determinaron qué rasgos de personalidad, por tanto, debía compartir el conjunto de la ciudadanía. A los ciudadanos, en definitiva, se les exigía que diluyeran su yo individual en un yo colectivo. Ni el marxismo ni el nacionalsocialismo podían tolerar la disidencia ideológica y por ello la combatieron sin piedad, bien a través de gulags (URSS) o campos de exterminio (Alemania). Ser tildado de burgués en la URSS de Stalin podía ser tan terrible como ser etiquetado judío en la Alemania del III Reich.

No hubo diferencias significativas entre las diferentes antropotécnicas o herramientas de cría y domesticación que emplearon la conciencia marxista y la nacionalsocialista, salvo la "oportunidad" (entrecomillado malicioso) que ofrecía el marxismo a los disidentes para poder ser reeducados por el Estado. Los judíos ni siquiera tuvieron esa "oportunidad" redentora, porque la herencia biogenética no era susceptible de poder modificarse como, en teoría, sí podía ser modificada la conducta. 

Tras la II Guerra Mundial, y tras desenmascararse el carácter totalitario del taimado marxismo, que supo disfrazar mucho mejor que el nacionalsocialismo su prepotencia señorial, las sociedades occidentales ensayaron nuevos modos de ser hombre creando una suerte de híbrido ideológico, liberalsocialista o socialdemócrata, cuyo objetivo último era evitar el retorno a la provincia heideggeriana. De dar forma a este nuevo modo de ser se encargarían los filósofos de la Escuela de Frankfurt, destacándose Habermas como el padre de una nueva conciencia europeísta articulada a través de democracias deliberativas.

NUEVOS MODOS DE SER

Las actuales sociedades occidentales viven en un aparente clima de libertad. Los ciudadanos, en su mayoría, se sienten libres y creen que la humanidad, por fin, se libró de la presencia de conciencias totalitarias que les dictaban qué pensar y cómo obrar.

Sin embargo, los ciudadanos europeos de hoy, y como no podría ser de otra manera, también son el producto de unas prácticas más refinadas para criar y domesticar ganado humano.

Las granjas-escuelas se han convertido en la herrramienta antropotécnica por excelencia para crear un nuevo modo de ser europeo, aunque quizás sería más lógico hablar de un modo de ser occidental.

La nueva conciencia europea u occidental ha limado el celo dogmático de marxistas y nacionalsocialistas. Ya no extermina a las conciencias disidentes, como hacían los nazis, ni las recluye en campos de reeducación como los comunistas. La conciencia actual no necesita "reeducar" a los ciudadanos, porque el sistema educativo ya los moldea, desde muy pequeñitos, para que el día de mañana sean obedientes y sumisos.

Frente al modo de ser proletario y el modo de ser ario, ha surgido una nueva conciencia o modo de ser occidental que, como sus predecesoras, también persigue un utópico fin último teleológico: una sociedad futura donde los ciudadanos no tendrán nada pero serán felices (eslogan mesiánico de la agenda 2030).

Las nuevas técnicas antropotécnicas, más refinadas y perversas, están logrando convencer a muchos ciudadanos de que no existe el sexo binario, es decir, nos dicen que podemos, con tan solo desearlo, ser "algo más que hombres o mujeres". No sólo podemos sentir que somos un género neutro (ni hombre ni mujer) sino que nuestro género puede fluir, permitiendo que podamos sentirnos, indistintamente y según el día (permítaseme la broma), ora hombre ora mujer. Toda una locura colectiva.

¿Pero acaso no fueron también locuras colectivas los modos de ser comunista y nacionalsocialista?

Ahora, los actuales pastores del ser intentan normativizar un nuevo modo de ser persone, permitiendo la libre autodeterminación identitaria de los individuos. Para ello, de nuevo, hay que moldear conciencias desde las escuelas y desde los órganos del poder. Hay que institucionalizar las nuevas verdades reveladas por las ideologías LGTBI y queer. Y, de nuevo, hay que estigmatizar y perseguir a los disidentes.

Decía que las nuevas herramientas antropotécnicas de hoy son más refinadas que las utilizadas por el marxismo y el nacionalssocialismo, A los disidentes ya no se les recluyen en gulags ni en campos de exterminio, simplemente se les "enmerda", como reconoció el presidente Macron, hasta hacerles la vida imposible,

Sí, recordemos (no está de más hacerlo) que los nuevos pastores del ser decidieron, no ha mucho, que había que putear a quienes se negaran a inocularse una sustancia experimental que políticos y mercenarios de la salud (OMS y farmacéuticas) dieron en llamar "vacuna". También son puteados los intelectuales, sobre todo profesores, que se niegan a aceptar las nuevas verdades de las ideologías de género. 

El actual poshumanismo no ha abandonado los tintes totalitarios de sus predecesores. No ha podido abandonarlos porque, en el fondo, todo proceso civilizador, de cría y domesticación del ganado humano, exige el cumplimiento estricto de unas normas y reglas destinadas a institucionalizar un concreto modo de ser hombre. Y ahora no toca ser hombre o mujer, sino persone, y ¡ay de aquellos que se opongan a estos nuevos modos de ser!


28 comentarios:

  1. Hola, Herrgoldmundo

    Frente a la pregunta filosófica de qué es el hombre se han dado tres respuestas a lo largo de la historia de la filosofía, de las ideas o del pensamiento, a saber:
    1.- El Hombre es Naturaleza (Naturalismo)
    2.- El Hombre es Cultura (Culturalismo)
    3.- El hombre es Naturaleza y Cultura ( La “y” de Naturaleza y Cultura no expresaría una unión sino una unidad)

    Personalmente me adhiero a la tercera respuesta (el hombre es una unidad psico-orgánica) por juzgar que las dos primeras incurren en una nadamasqueismo (el hombre no es nada más que…genes, cerebro) o reduccionismo. Ni el hombre es sólo naturaleza ni el hombre es pura cultura. Ni está determinado ni es pura autodeterminación y libre creación de sí mismo
    Dices, Herrgoldmundo, y con razón: “Ahora, los actuales pastores del ser intentan normativizar un nuevo modo de ser persone, permitiendo la libre autodeterminación identitaria de los individuos. Para ello, de nuevo, hay que moldear conciencias desde las escuelas y desde los órganos del poder. Hay que institucionalizar las nuevas verdades reveladas por las ideologías LGTBI y queer. Y, de nuevo, hay que estigmatizar y perseguir a los disidentes.”

    Voy a analizar someramente desde el punto de vista filosófico, y no, político, qué pensamiento o idea de filosofía subyace, aunque supongo que es por todos conocido, tras todos esos movimientos. Pues bien, quién está detrás de todo ese pensamiento es Descartes.

    Descartes nos hablaba de res cogitans y res extensa. Y el problema no radicaba en la palabra cogitans y en la palabra extensa sino en la palabra res. Es decir, en la sustantivación de las mismas. Y de ahí surgió el problema que se denominó la “comunicación de las sustancias”. ¿Cómo es posible que dos sustancias de naturalezas diferentes (material y espiritual) pudieran comunicarse o afectarse mutuamente? La solución que él dio (glándula pineal) no satisfizo a nadie por que no resolvía el problema.

    Para resolver dicho problema se aplicaron las mentes más brillantes de la época. Y se dieron dos soluciones metafísicas a dicha cuestión. El “ocasionalismo” dado por Malebranche y “la armonía preestablecida” de Leibniz.
    Trataré de explicarlos con un ejemplo. Supongamos que un hombre se siente sediento ( res cogitans) y a continuación extiende un brazo para coger un vaso que rellena con agua del grifo ( res extensa). ¿Cómo explicar esta comunicación de la sustancia res cogitans con la res extensa.
    Malebranche nos diría que cuando el hombre se siente sediento se produce o se ocasiona (ocasionalismo) una acción de Dios para estirar el brazo y coger el vaso que se rellena con agua que posteriormente nos bebemos. Es decir, Dios tendría que estar continuamente haciendo milagros para todo. Aparte de ser una solución metafísica la idea de Dios que se da es la de un Dios que al parecer creó un Mundo que no le quedó muy bien y tiene que estar continuamente arreglándolo ( Es la idea de Dios que se conoce como “tapa agujeros” o más recientemente como Dios “chapucero”)
    Leibniz nos dirá que desde el origen todas las sustancias (mónadas) fueron creadas en una perfecta armonía (armonía preestablecida). Dios sabría, gracias a su omnipotencia divina, y desde un principio, que una persona iba a tener en un momento determinado la sensación se sed. Y lo que hizo desde un principio es disponer la materia de forma que llegado el momento el brazo se estirase para coger el baso que rellenaría con agua, mediante una cadena infinita de causas.
    Sea como fuere la única manera de explicar, para aquellos que poseen una idea cartesiana que trata de dar razón de lo que es el hombre, es asumir la existencia de Dios. Dios sería la justificación última de esa comunicación de sustancias. Sin Dios no es posible resolver el problema de la comunicación de las sustancias.

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    1. ¿Quién realmente se cree que todos esos movimientos aceptan dicha teoría filosófica cartesiana porque creen en Dios? Bueno, y eso si saben que la idea filosófica que subyace detrás de su ideología es una concepción cartesiana del ser humano.

      Todos hemos escuchado la frase: “Nació en un cuerpo equivocado”. Pues bien, esta frase es puro cartesianismo. Quién así dice, lo quiera o no, y lo sepa o no, lo que está defendiendo desde un punto de vista filosófico es la existencia en el hombre de las dos sustancias cartesianas (res cogitans y res extensa). Su organismo ( res extensa) sería la de un varón, por ejemplo, pero su res extensa, alma o yo puro sería la de hembra. Y claro, por eso se nacería en un cuerpo equivocado. Obviamente, se le daría todo el peso a la res cogitans que sería quien dictaría si se es verdaderamente varón o hembra.

      ¿Cuál es el sexo de los ángeles? Pues bien, los ángeles no tienen sexo como Dios no tiene sexo. Pero cómo una realidad personal (angélica o divina) van a tener sexo si son puro espíritu. Para tener sexo y/o sexualidad se tiene que ser un ser corpóreo, orgánico, de carne y hueso.
      Descartes defendía que en la res cogitans se daban los pensamientos, ideas, creencias, deseos, etc. Pero es que para los defensores de estas teorías también en dicha res cogitans se da una supuesta sexualidad. ¿Pero cómo va a darse una sexualidad al margen de lo corpóreo? ¿Pero cómo demonios va a ser uno hombre o mujer sin un cuerpo de carne y hueso? ¿ Pero cómo es posible que una res cogitans pueda sentirse mujer u hombre si dicha res congitans no posee una estructura genética, estructura cerebral, sistema hormonal, etc?

      Supongamos que una persona dice que nace en un cuerpo equivocado. Dicho cuerpo es de mujer pero él nos dice que su res cogitans, espíritu, psique o alma, se siente hombre. Y entonces inicia una hormonación cruzada y acaba con una intervención quirúrgica. Pero qué pasa, y pasa con frecuencia aunque se silencie interesadamente, que esa persona se arrepiente de dicha hormonación cruzada e intervención quirúrgica. ¿Qué pasa? Que esa res cogitans se sintió en un momento mujer pero después se arrepintióo y se sintió hombre. No, no se nace en un cuerpo equivocado sino que se posee una ideología equivocada en torno a qué es el hombre.

      Por cierto, me gustaría dejar claro que una cuestión es defender una determinada ideología y otra cuestión es el sufrimiento que esas personas posean en una determinada situación. Por supuesto que esas personas sufren en esa situación Esto último es innegable y debemos de luchar para aliviar todo sufrimiento humano. Como hay que evitar todo juicio moral sobre dichas personas. Ni son monstruos, ni personas desviadas, ni personas antinaturales. Ahora bien, eso no significa que porque una persona sufra tenga razón en la idea filosófica que posee para explicar dicho sufrimiento. Puede sufrir mucho pero estar totalmente errado en la explicación del mismo.

      Un cordial saludo

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  2. Hola Elías

    Dices que bajo las nuevas ideologías (LGTBI, queer...) subyace la filosofía de Descartes, la cual, para resolver el problema de comunicación entre sustancias (material y espiritual) debió asumir la existencia de Dios. Sin Dios no puede resolverse el problema de la comunicación entre sustancias de distintas naturalezas.

    De manera parecida, concluyes, las nuevas ideologías (LGTBI, queer...), también "deberían" asumir la existencia de Dios para poder fundamentar sus tesis, Pero no creen en Dios.
    No creen en Dios, dices, pero, como Descartes, consideran que es en la res cognita, donde nuestros sentimientos, deseos, creencias... definen nuestro YO y nuestra identidad sexual.

    Bueno, yo creo que estos ideólogos, hijos de la posmodernidad (ver los referentes filosóficos de Judith Butler), SÍ CREEN EN DIOS (enfatizo), porque "Dios puede decirse de muchas maneras".

    En una respuesta que te di en una entrada anterior (La Europa hegeliana), señalé que Gustavo Bueno solía decir que "democracia podía decirse de muchas maneras".
    He repasado mi lectura de "España frente a Europa" (sólo llevo leídos unos capítulos) y he comprobado que un apartado también lleva por título "la identidad se dice de muchas maneras".

    Está claro que G. Bueno, como Aristóteles, creía que el "ser podía decirse de muchas maneras".
    Yo también creo que "Dios puede decirse de muchas maneras".
    De hecho, leyendo a G. Bueno me he dado cuenta de que su materialismo filosófico consiste, grosso modo, en crear un sistema filosófico tan potente que no deje cabida a ningún atisbo de esencialismo (ver la crítica de G. Bueno a "Sobre la esencia" de Zubiri). Pero, en mi opinión, no lo consigue, porque "Dios puede decirse de muchas maneras".

    Dices que Descartes tuvo que aceptar la existencia de Dios para fundamentar que la res cognita (sustancia pensante) pudiera tener la facultad de "crear", desde sí misma o su ser-en sí, identidades subjetivas a través de sentimientos, emociones, creencias...
    Kant, pese a reconocer en su "Crítica de la razón pura" la imposiblidad de demostrar la existencia de Dios, también debió asumir la existencia de tres ideas a priori: alma, mundo y Dios para poder fundamentar su "sujeto trascendental". No puede haber sujeto trascendental sin Dios, o sin "algo análogo a Dios", llámese esencia o espíritu. De hecho, el sujeto trascendental marxista, aunque ateo, fundamentaba su transcendentalidad a través de una "espiritualidad" (¿hegeliana, quizá?) no reconocida.
    Gustavo Bueno, más honesto, en su vuelta del revés a Marx sí reconoce que podemos hablar de "espíritu", porque, como no podía ser de otra manera, "espíritu se dice de muchas maneras".

    Continuaré...

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  3. Hola Elías

    Sigo:

    Gustavo Bueno decía que no había que entender el concepto de “espíritu” como el análogo al pneuma de la filosofía griega (concepto mitológico) sino como un subproducto dialéctico en relación a la materia.

    La idea de espíritu en filosofía se desarrolló a partir de la escolástica, considerando la existencia de un acto puro o ser inmaterial, análogo al primer motor inmóvil de Aristóteles, que, siendo causa de sí mismo (no creado por nada ni por nadie) era origen y creador del universo material.

    La filosofía escolástica identificó este primer espíritu (motor inmóvil aristotélico) con la idea de Dios (ser inmaterial). Desde entonces, la filosofía occidental ha identificado todo lo referente a lo espiritual con esencialismos e ideas y/o mundos suprasensibles (alienos al mundo material).

    Así, cuando el marxismo se reivindicó materialista cometió el error, o la trampa (como yo sostengo), de negar la sustancia espiritual en aras de mejor reivindicar un materialismo puro carente de metafísica.

    Lo que viene a sostener Gustavo Bueno es que el espíritu no es una esencia a priori, sino que, en tanto que subproducto surgido de las relaciones dialécticas materiales (transformaciones operativas y manipulativas) de los seres humanos, aparecerá, dentro de la materia ontológica general, como un género de materialidad M2 (ensoñaciones y sentimientos vivenciados). Las ideas, por tanto, tienen la cualidad de vivenciarse en la conciencia individual, antes incluso de llegar a ser; es decir, antes de consumarse como verdad o realidad en el ex-sistere, en el mundo.

    Así, si un cristiano vivencia la idea de Dios como un modo de ser real, manifiesto y actualizado en su conciencia, un marxista, de manera parecida, vivencia y hace suya (presente en su conciencia) las ideas hipostasiadas (abstractas y virtuales) de justicia social o sociedad ideal.

    ¿Qué intento demostrar?
    Intento demostrar que los ideólogos LGTBI y queer también creen en "Dios", porque "Dios puede decirse de muchas maneras". Dios no tiene por qué coincidir con la idea hipostasiada que tenemos de un ente supremo omnipresente y omnisciente. Dios también puede concebirse como un "espíritu". Pero este espíritu también puede decirse de muchas maneras. Y G. Bueno nos dice que el espíritu, en realidad, no es un ángel ni un espectro (fantasma), sino un subproducto surgido de las relaciones dialécticas materiales.

    ¿Y cómo aparece o se manifiesta el espíritu como un género de materialidad M2? Pues vivenciándose como un ser-en sí presente y manifiesto en la conciencia del sujeto.

    He ahí el esencialismo zubiriano, tan denostado por Gustavo Bueno, explicado desde los postulados del Materialismo dialéctico.

    Al final, las ideologías posmodernas o nuevos modos de ser lo único que hacen es autolegitimar sus respectivas verdades a través de lo que sienten, creen o desean sus conciencias, es decir, a través de sus VERDADES VIVENCIADAS. Tanto da, como suelo repetir, que estas verdades hayan sido reveladas por Dios, descubiertas o construidas en la realidad abierta. Son verdades vivenciadas subjetivamente que, para poder ser reconocidas colectivamente, necesitan imponerse institucionalmente. Y en ello está el gobierno sanchista, pero también la Europa habermasiana, no lo olvidemos.

    Un saludo cordial

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  4. Muy buenas, Herrgolmundo

    Considero que Descartes no tuvo que aceptar la existencia de Dios para solucionar el problema de la comunicación de las sustancias porque creía haberlo solucionado hablándonos de la glándula pineal. Tuvo que aceptar la existencia de Dios para poder fundamentar la verdad. Lo que sí que creo es que la única forma de poder resolver la comunicación de sustancias, para aquellos que se declaren dualista, y no es mi caso, es tener que aceptar la existencia de Dios.

    En cuanto a la crítica que G. Bueno formula al libro, publicado en 1962, y que lleva por título “Sobre la esencia” comparto parte de la misma porque considero que a la altura de 1962 Zubiri aún no se ha despojado del concepto de sustancia (aunque poseyera ya el de sustantividad). Y mantiene el término sustancia por una y única razón, a saber, por “eso” que tradicionalmente se ha denominado alma, mente o psique. Pero Zubiri, evolucionó. Y con los nuevos aires del Concilio Vaticano II abandona el concepto de sustancia, aplicado al alma, mente o psique. El último Zubiri acaba por considerar que eso que llamamos alma, mente o psique no es una sustancias sino que es una propiedad sistémica que aparece o emerge por complejización material. Por ello, y al final de sus días, consideraba que “cuando el hombre muere; muere del todo y muere todo del hombre”. Por eso Zubiri, y como creyente, habla de re-creación y no de resurrección. Es más, llegó a considerar que no se era persona desde el momento de la concepción sino que la constitución de la realidad humana conlleva un proceso constituyente previo. Incluso desde la filosofía de Zubiri puede defenderse, ya que el alma, mente o psique, es una propiedad sistémica, que por una grave desestructuración cerebral el hombre pueda dejar de ser persona aunque continúe siendo un ser humano.

    Pero estoy plenamente convencido que hay muchas conexiones y aproximaciones entre Zubiri y Gustavo Bueno; más de las que se piensan. Creo que está pendiente un estudio comparativo en profundidad entre ambos filósofos.
    Con lo que ya no estoy de acuerdo es con la crítica que se formula desde el materialismo filosófico a la vía de la religación de Zubiri. A Zubiri hay que entenderlo desde su última magna obra “Inteligencia Sentiente (Inteligencia y realidad, Inteligencia y Logos, Inteligencia y Razón”. Si no se comprende su noología difícilmente se entenderá la vía de la religación. Es más, poca gente sabe que desde esa vía propuesta por Zubiri se puede “llegar” tanto al teísmo, al ateísmo o al agnosticismo.
    Creo que Zubiri (discípulo de Heidegger en Friburgo) acaba por asumir la concepción de Dios del segundo Heidegger (“el último Dios”). Dios es lo inefable. Y si algo se quiere decir de Él habría que tener en cuenta la diferente ontológica propuesta por Heideggeriana (diferencia entre Realidad y Ser en términos Zubirianos). Lo que digamos de Dios debe de hacerse desde un plano ontológico y no desde el óntico. Hacerlo desde el óntico es “cosificar” a Dios, es decir, convertirlo en un Ídolo. Esto último es la crítica que hace Heidegger al Cristianismo ( convertir a Dios en un ídolo)

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  5. Sigo:

    Lo que trataba de defender en mi primer mensaje es que aquellas personas que consideren que nacieron en un cuerpo equivocado, es decir, que defiendan una concepción dualismo para explicar al hombre, lo quieran o no, y lo sepan o no, tendrán que postular la existencia de Dios ( se lo entienda como se lo entienda) para dar cuenta de su determinada creencia filosófica. Pero es que desde la modernidad, y no digamos ya desde la posmodernidad, no se acepta ninguna instancia que esté por encima del hombre. Con lo cual, o aceptan esa instancia o deberían de abandonar esa concepción dualista.

    Y sí, tienes toda la razón, ahora lo que impera es el emotivismo. Ahora la realidad es lo que uno sienta o vivencie. G. Bueno decía frente a aquellos que decían sentirse catalanes, o sentir la catalanidad, que él se sentía registrador de la propiedad.
    Nunca entenderé, y lo digo completamente en serio, qué significa sentirse español, catalán, hombre o mujer. Es que no me cabe en las entendederas que eso pueda sentirse. Sé lo que es ser mujer, hombre, catalán y español pero que además eso se pueda sentir es algo que juzgo como imposible. Es que no puedo entender eso de que un hombre nos diga que además de serlo se siente hombre o que además de ser catalán o español se sienta catalán y/o español.

    Un cordial saludo

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  6. Hola Elías

    Yo no encuentro demasiadas diferencias entre unas y otras conciencias (marxistas, nacionalsocialistas, femimarxistas, LGTBI...). Todas ellas "sienten su verdad".
    Considero que no importa si una persona, siendo hombre, se "siente mujer" ni si un individuo, ante todo persona, dice sentirse "proletario" o "ciudadano del mundo".

    ¿Por qué van a ser más erróneos unos sentimientos que otros?

    A mí no me molesta que estas nuevas conciencias estén o no equivocadas en sus diferentes modos de ser (al cabo maneras de sentir), sino que pretendan imponernos sus sentimientos (modos de ser) como "verdades institucionalizadas", legítimas y justas.

    Un modo de ser es un "modo de sentir", es decir, es un modo de tener "conciencia de". Esto bien lo supo Marx cuando construyó los conceptos de "conciencia de clase" o "conciencia proletaria".

    Para que triunfara la revolución socialista fue necesario crear una conciencia de clase, un sentimiento identitario de "pertenencia a" la clase proletaria. De la misma manera, el cristiano, para serlo, tenía que "sentir que lo era", es decir, no bastaba con cumplir una liturgia ritual, sino que en su conciencia debía vivenciar (sentir) su comunión con Dios.

    El Yo es una hipóstasis maravillosa, una idea sustantivada, como la idea de Dios, que realmente no existe.
    Como el Yo no existe, cualquier modo de ser o sentir debería ser aceptable, sin importar si es o no un modo de sentir equivocado. De manera parecida, si Dios no existe, cualquier acción debería estar exenta de valoraciones ético-morales.
    No existe el YO ni Dios, dos ideas sustantivadas. Y, sin embargo, estamos obligados a discernir entre lo que es verdadero o falso y entre lo bueno y lo malo. ¿Y quiénes, si no los pastores del ser, deciden que es "verdad", bueno y justo en cada momento histórico?

    Yo creo que el "Yo colectivo", esa suerte de Gran Otro lacaniano, se construye a lo largo de la historia de manera parecida a como se va haciendo a sí mismo el Yo (personalidad) de un individuo desde que nace hasta que muere.

    El Yo, al no existir, necesita autopercibirse o vivenciarse como un ser-en sí mismo; ha de dotarse de sentido y de identidad propia tomando información del mundo exterior. Pero también recibe información de los pastores del ser que, en cada momento histórico, deciden que ha de SER, CREER y SENTIR el ganado humano. Y, claro, tanto el ser como la identidad, como reconocía G. Bueno, puede decirse de muchas maneras.

    Digánse de muchas maneras estas identidades o modos de ser, de mil maneras incluso, pero que no se impongan a golpe de sentimentalismo, vulnerando derechos y libertades, como ha hecho la ley VioGen al negarle la presunción de inocencia a todos los hombres españoles.

    Un salud cordial

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  7. Hola Herrgoldmundo

    Bueno, el yo sí que existe ( el tema de Dios prefiero dejarlo para otra ocasión porque excede del tema que se está tratando). Otra cuestión es cómo haya que entenderlo o conceptualizarlo. Zubiri distinguía entre Realidad y ser: “La realidad humana no es primordialmente un sujeto de accidentes, sino una estructura que, en cuanto realidad, actúa desde ella misma en virtud de las notas que le constituyen. Esta estructura tiene un momento llamado personeidad, por el cual un hombre es siempre el mismo; pero tiene también el momento de la personalidad, en virtud del cual el hombre es cada vez diferente. Mientras que la personeidad nombra la realidad humana en su momento radical y estrictamente individual, el momento de la personalidad nombra el yo de la realidad humana, su hacerse presente en el mundo, en su dimensión individual, social e histórica”. Es decir, sí que existe el yo. Lo que no existe es un yo puro o sustancializado, sino un yo impuro (“contaminado”). Nuestra realidad es siempre la misma desde la cuna hasta la sepultura pero nuestro ser, es decir, nuestro yo o personalidad, se va conformando a la largo de nuestra vida (de la cuna a la sepultura) individual, social e históricamente. Por tanto, creo que en este punto ambos coincidimos. Y por supuesto que en la constitución de nuestro yo intervienen todo tipos de pastores del ser (políticos, económicos, religiosos, etc..)

    En la época que va desde Grecia hasta la modernidad se consideraba que los valores eran objetivos. Siendo así que se consideraba que los valores eran universales (monismo axiológico) y que eran captados o aprehendidos mediante el nous (razón) de forma intuitiva. Con el advenimiento de la modernidad se empezó a considerar que los valores eran subjetivos e irracionales. Se considera que los valores no eran captados o aprehendidos por la razón sino mediante uno “órgano interno” ( sentimiento ético) así como la belleza era captado por el sentimiento estético. Al no ser aprehendidos mediante la razón ( por tanto, irracionales desde el punto de vista filosófico) no se podía dar cuenta de los mismos, es decir, no se podía defender racionalmente unos frente a otros. Ello llevo al pluralismo axiológico. Ahora se consideraba, y por no poderse dar cuenta de los mismos, y por tanto, que no se podía disputar racionalmente entre ellos, que lo mejor eran dejar los valores en el ámbito de lo privado. Pero si salen del ámbito de lo privado no pueden imponerse más que por vía del sentimentalismo ( es que desde la razón no es posible según esa misma concepción).Hay una tercera concepción, en la que no voy a entrar, que considera que los valores no son ni meramente objetivos ni puramente subjetivos sino que los valores se construyen (constructivismo moral) que arranca desde Nietzche. Me adhiero a esta corriente. Y creo que ya va siendo hora que se imponga ésta última concepción. Es que de no ser así se acaba incurriendo en un relativismo disolvente y corrosivo mediante el cual se termina considerando que todos “sienten su verdad(como valor)”. Y claro, si todo es verdad, entonces, nada es verdad (nihilismo).

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  8. Dices Herrgoldmundo que no te importa si una persona, siendo hombre, se “siente mujer” ni si un individuo, ante todo persona, dice sentirse “proletario o “ciudadano del mundo” sino que lo que te importa es que no se impongan a golpe de sentimentalismo, vulnerando derechos y libertades. Y estoy totalmente de acuerdo porque entiendo lo que quieres decirnos. Así que espero que entiendas lo que voy a decir porque no es una crítica a lo que has dicho. A mi, sí que me importa si una persona, siendo hombre, se “siente mujer”. Pero no me importa en cuanto a su vida personal, ni en cuanto a la moral ( que no lo juzgo inmoral) sino en cuanto a que lo que subyace es una ideología falsa que se impone en el sistema educativo y en la sociedad y que puede causar mucho dolor y sufrimiento. Y poco me importa si se impone de forma violenta o no violenta porque lo que me importa es que se trata de una doctrina falsa.

    Pero el problema se agrava cuando alguien dice sentirse “catalán”, “vasco” o “español”, Claro, se podría decir que no importa lo que uno se sienta mientras que no lo imponga a los demás. Pero es que esto último lo juzgo como un imposible. Es que una persona que diga sentirse catalán o vasco pero no español, o viceversa, juzgará que son los españoles ( o los independentistas catalanes o vascos) los que se están imponiendo y vulnerando sus derechos y libertades. Y claro, como los sentimientos o valores son subjetivos e irracionales, y no cabe argumentario racional sobre los mismos, entonces cómo solucionar el problema. Pues solo se me ocurre una solución: la imposición mediante la fuerza.



    Un cordial saludo.

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  9. Hola Elías

    Sí, dices bien, el Yo puede entenderse y conceptualizare de formas distintas, es decir, puede decirse de diferentes maneras.

    Intenté explicar que el Yo, como Dios, no es un ente u objeto presente en el ex-sistere (en el mundo). Pero, desde luego, el Yo sí es un modo de ser (de hecho, es el ser del individuo) que está presente en la conciencia del sujeto; es un modo absoluto de ser-en sí. Creo que Zubiri lo llamó Yo absoluto-relativo.

    El Yo no existe, como no existe un unicornio. Sin embargo, podríamos decir que el Yo sí existe como autoconsciencia (primera certeza cartesiana), de la misma manera que el unicornio "existe" como un modo de ser que se manifiesta y actualiza en nuestra conciencia. Supongo que te refieres a algo parecido cuando dices:

    "Es decir, sí que existe el yo. Lo que no existe es un yo puro o sustancializado, sino un yo impuro (“contaminado”)".

    Lo que me interesaba señalar, al decir que el YO no existía, ya fuere como ente en el ex-sistere o como un Yo puro sustancializado, es que su modo de ser, por fuer, está determinado por "lo otro", por su ser-ahí en el mundo, con y en el resto de conciencias,
    Esta conexión con lo otro y en lo otro es, en definitiva, lo que acaba moldeando un modo de ser determinado. Y, por supuesto, los pastores del Ser de cada época moldean (crían y domestican) al ganado humano según los valores del humanismo de turno.

    Sí, yo también creo que los valores (también las esencias) siempre se construyen racionalmente. Y cuando digo racionalmente no me refiero exclusivamente, como creen muchos, a través de vías lógico-racionales y científicas, sino también a través de vías mistico-religiosas y estéticas (sentimientos, creencias, emociones...), que también son vías racionales (productos de la razón humana).

    Continuaré...


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  10. Sigo:

    Dices sobre los valores:

    "Pero si salen del ámbito de lo privado (los valores) no pueden imponerse más que por vía del sentimentalismo ( es que desde la razón no es posible según esa misma concepción).

    Supongo que pretendías decir que los valores, fuera del ámbito privado, solo pueden legitimarse por vías sentimentales y emocionales. Porque "imponerse", como señalas, sólo pueden imponerse a través del poder institucional (la fuerza de un Estado operativo). En ello está, como ya dije, el gobierno socialcomunista de Sánchez.

    Concluyes de forma magistral y muy en la línea de Gustavo Bueno:

    "Y claro, como los sentimientos o valores son subjetivos e irracionales, y no cabe argumentario racional sobre los mismos, entonces cómo solucionar el problema. Pues solo se me ocurre una solución: la imposición mediante la fuerza".

    Exacto, no hay tu tía. Las verdades o modos de ser de las conciencias colectivas, religiosas y/o ideológicas, siempre se imponen a través de la fuerza operativa del Estado, como bien señaló Gustavo Bueno: " y si no nos asimos a los restos del naufragio de nuestra civilización, otra civilización ocupará su lugar" (parafraseo).

    Si no defendemos nuestros modos de ser tradicionales, y los valores inherentes a los mismos, nuevos modos de ser ocuparán su lugar. Esto es lo que está sucediendo con la disolución de la soberanía nacional, la ruina de las clases medias y la destrucción de la familia: se nos está intentando conducir a un nuevo modo de ser persone a través de las ideologías femimarxistas, LGTBI y queer.

    El gobierno socialcomunista que padecemos, y contra lo que sostenía G. Bueno, sí constituye, de facto, una "izquierda definida", con unos objetivos claros, dispuesta a poner al Estado al servicio de sus causas ideológicas.
    Desde las tesis de G. Bueno, se criticó al actual Estado socialcomunista por ser un Estado débil e inoperativo; un Estado no eutáxico, en el sentido formal del término, que tenía sus días contados. Pero yo no estuve ni estoy de acuerdo con esta percepción, en mi opinión errónea, de la realidad. Llevo tiempo alertando del error que supone despreciar al sanchismo, bien tildándolo de "izquierda indefinida" (G. Bueno) o de "izquierda reaccionaria" (Félix Ovejero).
    Gustavo Bueno menospreció en su día a Podemos, partido que fue "curiosamente" ensalzado por el comunista Zizek en el prólogo de "Menos que nada" (lectura muy recomendable).

    Como sabrás, G. Bueno llamó izquierdas indefinidas, divagantes y extravagantes, a aquellas izquierdas populistas, irracionales y ebrias de sentimentalismo, que, en su opinión no garantizaban la eutaxia de un Estado fuerte y operativo a través del desarrollo de un programa de "buen orden social".

    Pero G. Bueno no consideró (¿falta de humildad?) que sus conceptos de justicia y "buen orden social", magistralmente fundamentados con argumentos racionales, pudieran ser tan fácilmente triturados por pueriles argumentos sentimentales. Pero así ha sucedido.
    ¿Cómo es posible que el Estado no haya reaccionado, con la fuerza operativa necesaria, para impedir tanto insulto a la inteligencia?
    Pues ha sido posible porque el Estado fue tomado al asalto a través de un golpe-moción.
    Tras el golpe-moción, lo primero que hizo el sanchismo fue dominar y controlar toda la superestructura: medios de comunicación, educación y organismos culturales. Y, por supuesto, depuró a altos mandos del ejército y de las Fuerza de seguridad del Estado.

    El actual socialcomunismo está imponiendo su hoja de ruta por la fuerza, como no podía ser de otra manera. Lo que sucede es que los acomplejados occidentales, y sobre todos los españoles, tendemos a pensar que la fuerza sólo puede ejercerla un señor con tricornio y pistola. Y, no, la fuerza coactiva necesaria para doblegar, dominar y controlar al ganado humano sólo puede ejercerla un Estado operativo que sabe lo que quiere.

    Un saludo cordial

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  11. Hola, Herrgoldmundo

    Sí, efectivamente, tienes razón. Más que de imposición debí hablar de legitimación en el caso de los valores.

    Puesto que estoy de acuerdo con el fondo de tu exposición sólo voy a detenerme y realizar alguna pequeña matización.

    Como bien sabrás G. Bueno establece como “plataforma” para poder definir las izquierdas al Estado. Por tanto, todas aquellas “especies” que se autodenominan de izquierdas (que se ven a sí mismas como izquierdas) pero que no se definen con respecto a la forma de estado las denominará como indefinidas. Son indefinidas porque no se definen con respecto al estado. ¿Con respecto a qué se definen entonces?

    Tras la caída del comunismo las “izquierdas” se quedaron huérfanas de un fundamento teórico-político. Han acabado aceptando, mal que bien, y más bien que mal, el capitalismo democrático imperante. Si hubiesen sido consecuentes con su decisión habrían quedado diluidas y homologados al resto de partidos políticos. Pero no, las izquierdas, las nuevas izquierdas, tenían un caladero político que no querían abandonar. Y puesto que ya no podían definirse a sí mismas como izquierdas en función de la defensa de una determinado modelo social, económico y político, tuvieron que buscar otra plataforma desde el cual verse como izquierdas.

    Este nueva plataforma es la del mundo de los valores. La nueva izquierda no se define ya con respecto al Estado sino que lo hace respecto al mundo de los valores (axiología). Ahora, y para ser de izquierdas, de la nueva izquierda, hay que defender el ecologismo, el feminismo en una determinada versión, la eutanasia, el aborto, etc. Es decir, se puede ser millonario (ya la nueva izquierda no ve en ello un problema) y ser de izquierdas. Eso sí, siempre y cuando ese millonario defienda el aborto, el ecologismo, el cambio climático, la eutanasia o la ley viogen. Dándose la paradoja de que un trabajador que esté en contra del capitalismo pero que también esté en contra del aborto, la eutanasia o la ley viogen es tildado por la nueva izquierda de facha.

    La nueva izquierda es progresista. Y por qué es progresista. Porque defiende valores de izquierda. Y por qué defiende valores de izquierdas. Porque es progresista. Y por qué……
    En este punto son seguidores aventajados de Lenin. Y digo esto porque en una ocasión se le preguntó a Lenin que qué era la moral. A lo cual, contestó: “La moral es lo que diga el partido”. Es decir, lo progresista es lo que diga la nueva izquierda por la sencilla razón de que es ella quien lo dice. Y punto, no hay más.

    Ahora bien, el que G. Bueno desde el punto de vista teórico denominara a esta nueva izquierda como izquierda indefinida no creo que ello le llevara a despreciarlos en el terreno de la praxis. Creo que Gustavo Bueno era perfectamente consciente, y ahí están sus libros y conferencias, de que dicha nueva ideología lo estaba devorando todo. Y por tanto, que había que imponerse a esa ideología con todas las armas y bagajes a nuestra disposición. No sé ni en cuantas conferencias G. Bueno era consciente, porque así lo decía, que iba a ser descalificado por esa nueva izquierda, y que sus palabras iban a tener muy poco eco porque iban a ser silenciadas. Por tanto, no creo que G. Bueno considerara que sus teorías no iban a ser trituradas desde la nueva izquierda sino algo aún peor. Es que ni siquiera iban a ser tenidas en cuanta para posteriormente tratar de ser trituradas.

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    1. Dices, Herrgolmundo: “Pues ha sido posible porque el Estado fue tomado al asalto a través de un golpe-moción.Tras el golpe-moción, lo primero que hizo el sanchismo fue dominar y controlar toda la superestructura: medios de comunicación, educación y organismos culturales. Y, por supuesto, depuró a altos mandos del ejército y de las Fuerza de seguridad del Estado.”

      En primer lugar decirte que no conocía la expresión golpe-moción. Eso sí, pienso hacerla mía. Esa situación que tan bien retratas yo la retrasaría unos años. Concretamente a la era de Zapatero y su “pensamiento Alicia” como Gustavo Bueno le apodó. Solo hay que recordar lo de la memoria histórica ( una oda al disparate semántico), lo de la alianza de las civilizaciones, lo de que España es una cuestión discutida y discutible, pero sobre todo, esa frase de: “Yo respetaré lo que salga del Estatuto Catalán”. Creo que fue Zapatero, y no Sánchez ( aunque sea su digno sucesor), el que empezó con el dominio y control de toda la superestructura: medios de comunicación, educación y organismo culturales.

      Bueno, en realidad la labor de zapa se realizó ya con el “Felipismo". Aunque bien es verdad que esa “izquierda” marcó una líneas rojas que la nueva izquierda ha rebasado y superado desde hace ya muchos años.


      Un cordial saludo.

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  12. Hola Elías

    Sí, G. Bueno explicó que las izquierdas indefinidas (extravagantes, divagantes y fundamentalistas) se definían respecto al mundo de los valores (ética, moral, arte...) y también respecto a las creencias en nuevos modos de ser (ecologismo, animalismo, feminismo...), mientras que las izquierdas definidas se definían respecto al Estado.
    ¿Pero qué significa que la izquierda se defina respecto al Estado?

    Santiago Armesilla explica (siguiendo las tesis de G. Bueno) que la izquierda definida es aquella que busca la destrucción o transformación del Estado. De hecho, la primera izquierda definida (la liberal jacobina) lo fue, precisamente, por participar en el proceso de holización que transformó el Estado absolutista del Antiguo Regimen en un Estado republicano y nacional.

    Pues bien, yo creo que la izquierda socialcomunista sí puede considerarse una "izquierda definida" si consideramos (a los hechos nos podemos remitir) que, desde que asaltó el poder, está intentando destruir al Estado desde dentro. Y, si no destruirlo, resulta evidente que sí pretende transformarlo, ¿en un estado federal, quizá?

    Y sí, tienes razón. G. Bueno no despreció a las izquierdas indefinidas desde el terreno de la praxis, pues pronto alertó de la amenaza que suponían para el conjunto de la nación. Ello le valió ser tildado de dogmático y totalitario.

    Quise decir, y quizá me expliqué mal, que G. Bueno "despreció" a las izquierdas indefinidas al no ver en ellas el potencial transformador que, por ejemplo, Zizek (comunista) sí supo ver.
    G. Bueno no contempló la posibilidad de que estas izquierdas indefinidas, en tanto que irracionales y particularistas, fuesen capaces de destruir o transformar el Estado.

    En mi opinión, insisto en que se trata de una opinión personal que intentaré fundamentar, las políticas del actual socialcomunismo (¿izquierda indefinida?) no sólo son operativas en cuanto a su capacidad para destruir y transformar el Estado (como está haciendo el sanchismo), sino que también son racionales y universalistas.

    Es que pareciera que todo lo que está haciendo el socialcomunismo fuera producto de una locura irracional y sin sentido alguno. También concluyó el juez Marchena, en su sentencia a los golpistas catalanes, que estos estaban inmersos en una suerte de "ensoñación".
    Pues no, ni el golpe procesista en Cataluña fue una ensoñación ni las políticas operativas de Sánchez (de hecho, terribles y efizcamente operativas) son irracionales.

    Es que ya se nos olvidaron las lecciones de Adorno y Horkheimer sobre la Razón Ilustrada, y como el objetivo último de la razón siempre fue lograr el dominio y control de la naturaleza y, por tanto, también el dominio y control sobre los hombres.

    Continuaré...

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  13. Sigo:

    Sobre el golpe-moción habría mucho que decir.
    Tienes razón cuando señalas que la labor de zapa del socialismo español se remonta a tiempos de Felipe González.
    La gente ya no se acuerda de que fue Alfonso Guerra, precisamente, quien enterró a Montesquieu. Y fue también durante el felipismo cuando se inició el dominio y control de la superestructura creando organismos y redes clientelares en todos los ámbitos político-culturales y llevando a cabo una reforma educativa, la LOGSE, que introdujo la "educación en valores". He ahí el primer caballo de Troya a través del cual nos colaron nuevas antropotécnicas para criar y domesticar al ganado humano español; directrices para dar forma a un nuevo modo de ser "progresista".

    Después, Zapatero recuperó la dialéctica guerracivilista para, así, tensionar y polarizar a la ciudadanía en beneficio propio, como le reconoció a Iñaki Gabilondo.

    Sánchez, sin embargo, no es que haya traspasado unas "líneas rojas", eufemismo para edulcorar sus políticas autocráticas, sino que es cómplice de los golpistas catalanes y, por tanto, también participe de un golpe institucional desde dentro de los propios órganos del Estado. Todo de una gravedad extrema.

    Un saludo cordial

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  14. Hola, Herrgoldmundo

    Quisiera decirte que yo también me moveré en el terreno de las opiniones.

    G. Bueno acuña el término de nacionalismos fragmentarios. Gustavo Bueno era plenamente consciente que para que dichos nacionalismos fragmentarios pudieran triunfar todo dependía de la respuesta que diera el Estado a dicho desafío. Puesto que las izquierdas indefinidas están apoyando esos movimientos secesionistas creo que él era perfectamente consciente de que las mismas ( izquierdas indefinidas) eran capaces de acabar por destruir la Nación.

    Igualmente consideraba que dichas autoproclamadas izquierdas eran incoherentes, y por tanto, y en este sentido, eran irracionales, precisamente por no defender el universalismo. G. Bueno se escandalizaba al ver a un partido que se autoproclama comunista defender la secesión precisamente porque el comunismo es universalista. Defender la secesión no es defender el universalismo sino justamente lo contrario, a saber, defender todo tipo de particularismos (catalán, vasco, gallego…..). Por tanto y, en este sentido, son incoherentes (“irracionales”) y no universalistas.

    Ahora bien, Herrgoldmundo, si lo que estás defendiendo es que el actual sociocomunismo tiene clara una deterrminada hoja de ruta (aunque desde mi perspectiva no sea universalista, por particularista, ni racional, por incoherente) de eso no cabe duda alguna.

    Y sí, coincido plenamente con tus palabras cuando afirmas que se ha dado un giro autocrático. Es decir, ya no se trataría de acabar con la Nación ( y no ya con el Estado) sino que se está abandonando una forma de Estado, el democrático, para sustituirlo por otro, el autocrático. Es este punto coincido plenamente.

    Un saludo cordial.

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  15. Hola Elías

    Bueno, en mi opinión, ninguna ideología "es" universalista. Creo que históricamente se ha confundido "ser universalista" con tener aspiraciones universalistas. Esta confusión viene de creer que una ideología "es" lo que ella misma dice ser, cuando en realidad toda argumentación ideológica se fundamenta en el plano del pre-ser, es decir, en una teoría o idea utópica que "aspirar a ser".

    Tal y como yo lo veo, el actual femimarxismo y el resto de las ideologías LGTBI aspiran a ser (otra cuestión es que lo consigan) tan universalistas como lo pretendieron el marxismo o el nacionalsocialismo.
    A mí no me valen, por ejemplo, los argumentos de Félix Ovejero o Pedro Insua (seguidor del materialismo filosófico) cuando califican de más racional, en tanto que universalista, al marxismo, mientras que consideran que el nacionalsocialismo es irracional y particularista.

    El nacionalsocialismo era tan racional y universalista (en sus aspiraciones) como el marxismo. La sociedad perfecta aria era un particularismo (la conciencia aria) que aspiraba a ser universalista eliminando al resto de conciencias. Pero también el marxismo era un particularismo (la particular conciencia proletaria) que aspiraba a ser una conciencia universal, también eliminando la disidencia.

    Yo me pregunto por qué Occidente en general, tanto EEUU como Europa, están promoviendo e imponiendo una serie de ideologías aparentemente irracionales y particularistas (LGTBI, queer...), que son contrarias al racionalismo tradicional de Occidente. Unas ideologías, no lo olvidemos, que están arrinconando y estigmatizando a los disidentes intelectuales (profesores, cientificos, filósofos...) que no comulgan con sus ruedas de molino.

    Sólo encuentro una respuesta: Occidente se ha puesto al servicio de una nueva teleología con aspiraciones universalistas que ha dado en llamar NOM (Nuevo Orden Mundial).

    En España sucede tres cuartos de lo mismo. Ya no significa nada hablar de izquierdas /derechas ni de izquierdas definidas vs indefinidas. Lo que está sucediendo en España y en el resto de Occidente sigue la hoja de ruta de un programa supranacional que tiene como objetivo arrebatarle a los países su soberanía nacional y a los individuos sus raíces y/o apegos a la tierra (patria) y la familia,

    Esta hoja de ruta es la del socialcomunismo español. Pero, no nos engañemos, también es la hoja de ruta del pérfido PP; es la hoja de ruta del globalismo habermasiano; es, peor todavía, la hoja de ruta de nuevas teleologías hegelianas que persiguen idealistas fines últimos.

    Un saludo cordial

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  16. Hola, Herrgoldmundo

    Sí, efectivamente, G. Bueno distinguía entre el punto de vista emic y etic. Uno tiene carácter subjetivo y el otro, objetivo, operativo o real. Sí, siempre se ha dicho que una cosa es predicar y otra bien distinta dar trigo.

    Y sí, creo que tienes razón. En el fondo todo pretendido universalismo consiste en imponer una y única visión del mundo. Tal como lo planteas tan universalista es el nacionalsocialismo como el marxismo. Digamos, y como se decía en aquella celebérrima película, que el universalismo consiste en pronunciar la frase: “Sólo (sí, acentuado) puede quedar uno”.

    Me ha resultado bastante interesante la reflexión en torno a las razones por las que Occidente está promoviendo o amparando ciertas ideologías. Por todos es conocido que esos movimientos o esas ideologías que empiezan a ser hegemónicas nos han llegado de los departamentos de las Universidades Americanas.
    En las Universidades Americanas ha triunfado todo ese movimiento posmodernista de origen francés corrosivo y disolvente. Pero si bien ésta es una condición necesaria, no es condición suficiente para que se imponga. Si el sistema no hubiese deseado que esa ideología triunfara simplemente ese posmodernismo no hubiese salido más allá de los departamentos. Es más, si el sistema no hubiese prestado su aquiescencia a dichas ideologías entonces las mismas no se hubiesen impuesto en las Universidades Americanas. Sin embargo vemos que han triunfado y han sido exportadas y asimiladas en todo Occidente. Sí, ¿pero cuál es la razón última o condición suficiente para que se hayan impuesto?

    Dices, Herrgoldmundo, y en un análisis que juzgo como absolutamente certero: “….arrebatarle a los países su soberanía nacional y a los individuos sus raíces y/o apegos a la tierra (patria) y la familia,….)
    Efectivamente, así es. ¿Pero cuál es la razón última de arrebatarles a los países su soberanía nacional y a los individuos sus raíces y/o apegos a la tierra (patria) y la familia? He leído ya a varios autores que dan la misma respuesta. Dicha respuesta sería: “La imposición a una mayor escala del consumismo”. Sí, así de simple y así de claro. No hay más.

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  17. Cómo un sistema turbocapitalista no va a apoyar todo tipo de ecologismos y de vidas sana si eso vende productos en el mercado. Si uno va a comprar al supermercado y en la etiqueta del producto no se nos dice que es un producto ecológico cómo lo vamos a comprar. Cómo vamos a comprar un producto no ecológíco si con ello vamos a dañar el medioambiente o a la Pachamama. Y claro, si es ecológico pagamos lo que se nos pida por salvar la Pachamama. Y lo mismo ocurre con toda las ideologías en torno a una vida sana. Quién es el guapo que se va a comprar un producto que no tenga omega-3 o que no sea bajo en colesterol. Y claro, pagamos lo que se nos pida por mantener nuestro cuerpo saludable y joven. Cómo no ir a los 83 años al gimnasio para tener unos magníficos abdominales o cómo no ponernos unas tetas nuevas si eso aumenta nuestra autoestima. Cómo un sistema turbocapitalista no va a apoyar la eutanasia, el aborto o la ley trans si en torno a esas ideologías se va a desarrollar toda una industria farmacéutica y van a proliferar las clínicas privadas.

    El sistema capitalista no apoya todas estas ideología por convicción sino por interés. A las persona que forman parte de los consejos de administración bien poco le importan todas esas ideologías ni sus futuras consecuencias. Lo único que le importa es ver aumentada su cuenta de beneficios.
    Y cómo hacer todo esto más efectivo (“solución final”). Pues acabando con todo tipo de mediaciones. El sistema capitalista no tolera que existan mediadores entre ellos y sus consumidores. Por eso apoyan toda disolución de los vínculos entre el capitalista y el consumidor como pueda ser la Nación, el estado, la sociedad, la familia y las iglesias. Fomentan todo tipo de ideologías individualista ( “atomísticas”) haciendo creer a todo potencial consumidor que sin mediaciones se es más libre, más “yo”. Lo que no saben esos pobres desgraciados, que se creen más libres, más “yo”, es que sin esas mediaciones se convierten en “carne de cañón”.

    Y es paradójica la conclusión final. Todos estos movimientos que creen estar alumbrando un hombre nuevo, en el fondo, y sin saberlo, lo único que están haciendo es ser cómplices de un sistema al que juzgan abominable.

    Un cordial saludo

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  18. Hola Elías

    "Sólo puede quedar uno". Por supuesto, siempre ha sido así. Recuerdo que hace unos años, en el foro de filosofía de la UNED, defendí algo parecido, refiriéndome a la película "Los inmortales" y argumentando que la síntesis conciliadora entre conciencias (tesis/antítesis) siempre suponía, en realidad, la claudicación, más o menos sutil, de una de las partes en lid. Me acusaron de mostrar "prepotencia vertical", no lo recuerdo muy bien.

    El caso es que, algún tiempo después, descubrí a Gustavo Bueno explicándonos que "filosofar siempre significa filosofar contra alguien", contraponer una idea frente a otra, un sistema frente a otro... "España frente a Europa", una civilización frente a otra...
    La conciliación entre conciencias, como las idealistas "Alianzas entre civilizaciones" son sólo poéticas ensoñaciones.

    Hoy, el idealismo globalista, que pretende ser síntesis conciliadora entre conciencias, nos está arrebatando la soberanía nacional, la patria y la familia. Y no lo está logrando a a través de una negociación o pacto entre naciones, sino a través de un consenso prepotente e impositor, penalizando y castiganso a los países que no pasen por el aro (Hungría, Polonia...) y manipulando a la opinion pública contra opciones políticas que defienden la soberanía nacional (Le Pen, Meloni, VOX...).

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  19. Dices que ha sido el sistema Capitalista, ahora,"turbocapitalista", el que por interés en aumentar sus beneficios y el afán consumista de los ciudadanos, se ha adherido a las nuevas "propuestas ideológicas" ecologistas, estéticas y de culto al cuerpo. Cierto, el sistema Capitalista se acopla rápidamente a aquellas necesidades que crea la propia sociedad, para poder satisfacerlas y obtener beneficios de las mismas,

    Mi duda, pero, es si el sistema se aprovecha rápidamente de las nuevas ideologías que surgen (tonto el último) o si es el propio sistema el que las crea. Parece claro que en el caso de la última "plandemia" ha sido como dices. La capitalista industria farmacéutica en connivencia (o algo peor) con la OMS y los Estados occidentales crearon la NECESIDAD de sobreprotegernos, a cualquier coste, de un virus surgido de un laboratorio.
    ¿Pero ocurre lo mismo con las ideologías? Yo creo que no, el sistema Capitalista, en principio, no apoya económicamente la aparición de nuevas ideologías, aunque, por supuesto, no tarda en aprovecharse de ellas en cuanto advierte por "dónde soplan los vientos".

    En cualquier caso, tu tesis es muy similar a la de Slavoj Zizek, el cual postula que el Capitalismo, a través de lo que él denomina "liberalismo permisivo", convierte la libre elección de los individuos en un valor supremo. Así, los Estados favorecen una excesiva permisividad para, por ejemplo, poder cambiarte el sexo y elegir ser hombre o mujer, poder decidir cuándo morir (eutanasia), poder matar a un no nato...
    Total permisividad.

    Esta excesiva permisividad, argumenta Zizek, consigue que los individuos se autoexperiencien libres, cuando, paradójicamente y en realidad, se tornan más dóciles y sumisos, pues pierden su capacidad crítica para discernir entre políticas lógicas y políticas absurdas. Por ejemplo, durante la "plandemia" se obligó a los ciudadanos a llevar mascarilla en espacios abiertos, incluso cuando paseaban por montañas y playas solitarias. De traca, pero pocos se rebelaron. Éste es, en mi opinión y coincidiendo con Zizek, el objetivo último del Capitalismo o actual mundo globalista: poder pastorear un ganado humano dócil y sumiso.

    Un saludo cordial

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  20. Hola, Herrgoldmundo

    Slavoj Zizek es un autor que tengo pendiente. No he leído ninguno de sus libros. Asistí a una conferencia suya y me pareció un personaje arrollador.

    En cuanto a tu pregunta la verdad es que no estoy nada seguro de la respuesta que voy a darte. Podría ser perfectamente como nos dices: “…Capitalista, en principio, no apoya económicamente la aparición de nuevas ideologías, aunque, por supuesto, no tarda en aprovecharse de ellas en cuanto advierte por "dónde soplan los vientos". Esta concepción tuya, y según la entiendo, se correspondería con una concepción pura del capitalismo. O sea, permitiría una libre competencia de las ideologías y apoyaría, en logro a sus objetivos e intereses, a la vencedora. La cuestión sería de qué pasaría si sale una ideología contraria a sus intereses. La respuesta sería el intento de demolición de la misma.

    Otra posible solución sería considerar que el capitalismo apoya económicamente, si no a una determinada ideología, sí a un “ámbito” ideológico compatible con su propia ideología. Ya sea a través de subvenciones, créditos, publicaciones o de la no concesión o retirada de los mismos. Esta concepción no sería ya de la un capitalismo puro pero sí la de un capitalismo real. El liberalismo económico denuncia que el capitalismo real no está basado en una libre competencia. En realidad, y lo vemos todos los días, las grandes empresas no desean ejercer una libre competencia sino que tratan de que un Estado o un Gobierno los favorezca frente a sus competidores.

    Pero insisto, es una cuestión que no tengo suficientemente clara.

    Un cordial saludo

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  21. Hola Elías

    Yo tampoco tengo una respuesta clara a la pregunta de si el Capitalismo crea y/o fomenta (conscientemente) determinadas ideologías o, simplemente, las hace suyas en cuanto observa que son aceptadas por las masas.

    Como ejemplo de la segunda explicación tenemos el caso de Gillette.
    La compañía Gillette, que tradicionalmente había fabricado productos para hombres, decidió subirse al carro de la ideología feminista buscando ampliar su mercado.
    Gillette quiso hacerse pasar por "aliade" del actual feminismo produciendo un anuncio donde denunciaba la "masculinidad tóxica". El tiro le salió por la culata, porque sus consumidores principales (hombres) se sintieron injustamente atacados y llamaron masivamente al boicot. Creo que Gillette, entonces, eliminó o modificó su campaña "aliade".

    Una rectificación de este tipo sólo puede darse en una actividad económica donde, por encima de las ideologías, priman los intereses económicos de inversores privados.
    En este caso, la superestructura no consigue determinar los modos de producción orientados a un nuevo modo de ser, sencillamente porque no sale rentable.

    Sin embargo, el Estado (que cada día semeja más una multinacional capitalista por la ingente cantidad de dinero que meneja) sí tiene la capacidad de poner toda la superestructura (educación, medios de comunición, cultura...) al servicio de determinadas ideologías para conseguir, a través de éstas, modificar los medios de producción.
    Un ejemplo de este segundo caso sería lo que está sucediendo en España, por ejemplo, con el desmantelamiento del sector primario. Vemos cómo se están cargando nuestra agricultura y ganaderia amparados en los postulados de ideologías ecologistas (cambio climático) y animalistas.

    El Mercado, generalmente, sólo atiende a razonamientos económicos de coste/beneficio. Me da mucho más miedo el Estado, que, como bien sabe nuestro socialcomunismo, puede arruinar una nación tan sólo con dominar y controlar durante algunas décadas toda la superestructura. Al final, los modos de producción también se verán afectados, como hemos podido comprobar en una España donde el tejido empresarial está desapareciendo de forma imparable.

    Un saludo cordial

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  22. Hola, Herrgoldmundo

    Hay una cuestión que no logro entender. Es que simplemente no doy con la tecla. Lo digo por si pudieras aclararme o alumbrarme sobre la cuestión.

    Según Zubiri, en el hombre cabe distinguir, pero no separar, tres dimensiones: individual, social e histórica. El neoliberalismo incurre en el reduccionismo de considerar que en el hombre debe de primar únicamente la dimensión individual. Por tanto, acaba “disolviendo” la sociedad por el individuo. El socialmarxismo incurre en el reduccionismo de considerar que en el hombre debe de primar únicamente la dimensión social. Por tanto, acaba “disolviendo” al individuo en la sociedad.

    Pero lo que me causa un profundo desconcierto es que el socialmarxismo que impera en España defienda un atomismo individualista. Atomismo individualista que no se diferencia con el que propone el neoliberalismo. Por ello considero que de alguna forma el socialmarxismo rema en la misma dirección que el neoliberalismo.

    Así, en cuestiones como el aborto, el de la familia, el de la eutanasia activa directa o en la cuestión del sexo sentido y, más allá de que se esté o no de acuerdo, total o parcialmente, el fundamento siempre es el mismo: “El individuo es soberano de sí mismo”. Es decir, es como si el socialmarxismo se haya pasado, con armas y bagajes, al campo enemigo haciendo una labor de zapa impagable para el neoliberalsimo. O sea, es el propio socialmarxismo el que está imponiendo una educación conforme a una visión individualista y hedonista en torno al hombre.

    Y lo mismo ocurre en cuestiones que afectan al Estado ¿Pero cómo es posible que una persona que se declare socialmarxista apoye que unas comunidades autónomas gocen de unos privilegios frente a otras o que apoyen un secesionismo de origen burgués por encima de la unidad nacional?

    Entiendo que el neoliberalismo desee acabar con las Naciones o con el Estado. Cuanto menor resistencia se le oponga más fácil es imponerse. Entendería, por coherencia, aunque estuviera en radical desacuerdo, que un partido socialmarxista abogará por un estado totalitario y que disolviera al individuo en la sociedad, o mejor dicho, en los intereses del partido. Pero lo que no entiendo es lo que defienden en la actualidad y que es coincidente con el programa neoliberal. Francamente, es que no lo entiendo.

    Es decir, no termino de entender que estas izquierdas divagantes y extravagantes, que se autodenominan socialmarxistas, hayan elegido como valor supremo el individualismo. Es que acaso no saben que el individualismo es el mejor aliado de la doctrina que dicen aborrecer.

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  23. Continuo

    Puedo entender que el votante medio no reflexione sobre sus fundamentos filosófico-politicos y sus posibles contradicciones ( Winston Churchhill decía que el mejor argumento en contra de la democracia era hablar con un votante medio durante cinco minutos). Pero me cuesta mucho pensar que los dirigentes no reflexionen sobre estas cuestiones. Sí, por supuesto que habrá mucho de cinismo e hipocresía. Pero, ¿Todo puede explicarse apelando al cinismo y a la hipocresía ? Considero que hay algo que se me escapa.

    Es verdad que a veces pienso que el socialmarxismo quiere disolver todo tipo de mediaciones ( familia, iglesia y estado) en la creencia verdadera de que así, y al no existir mediaciones, el individuo estará inerme y será totalmente suyo. Pero que para eliminar toda mediación recurran al individualismo me desconcierta. No sé si la respuesta, y no la sé, en caso de que estés de acuerdo con mi diagnóstico es que ante el hundimiento real del socialmarxismo, y por quedarse sin fundamento coherente alguno, simplemente no le queda más remedio que apelar al individualismo por considerarlo la visión que ha triunfado con el neoliberalismo.

    O dicho de otra forma, no sé si de lo que se trata es de apelar estratégicamente al individualismo ( por haberse quedado faltos de fundamentos) pero con la esperanza de una segunda “parusía” del socialmarxismo en la cual toda libertad individual quedará abolida.

    Un saludo cordial

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  24. Hola Elías

    Dices:
    "No termino de entender que estas izquierdas divagantes y extravagantes, que se autodenominan socialmarxistas, hayan elegido como valor supremo el individualismo".

    Yo entiendo que el liberalismo o filosofía liberal se vertebra a partir de tres ejes: libertad individual, propiedad privada y libre Mercado.
    Sí, el socialcomunismo español parece haber optado por la defensa irracional y dogmática de un individualismo en exceso endiosado. Un individualismo que tiene "derecho" a autodefinirse sexualmente a sí mismo; "derecho" a matar a su hijo no nato; "derecho a suicidarse"; "derecho" a follarse a una cabra (no es broma); "derecho" a tener orgasmos duraderos y de calidad (tampoco es broma).

    Fíjate que he entrecomillado la palabra "derecho" en cada una de las libertades individuales que el socialcomunismo entiende que pueden ejercer los individuos, libremente, sin restricciones legales.

    Ahora bien, ¿qué ocurre con la propiedad privada y el libre Mercado?
    Nuestro socialcomunismo no deja de alentar y permitir el robo de la propiedad privada mediante la ocupación de viviendas. Tampoco hace nada para ponerle freno a la delincuencia "menor" (robos y hurtos). Sigue obstinado en lograr el control público de importantes empresas (Indra, Correos...) al tiempo que arremete contra la empresa privada y los empresarios de éxito (Amancio Ortega, Jaume Roig...). Y, por supuesto, nuestro gobierno exprime a autónomos y pymes como nunca.

    No nos engañemos, nuestro retrógrado socialcomunismo sigue soñando con nacionalizar la Banca y la Industria. De hecho, ahora sueña, junto a la socialdemocracia habermasiana, en un futuro ideal donde "seamos felices sin tener nada".

    Y creo que de eso se trata, de restringir el acceso a la propiedad privada y de cargarse al libre Mercado. Mientras, para apacentar al ganado humano y tenerlo contento, han hecho suyos los postulados del "liberalismo permisivo", pero llevándolos a extremos absurdos. Allí donde el liberalismo tradicional defendía el derecho al aborto, bajo determinadas condiciones y supuestos, llegó el socialcomunismo para defender "el aborto libre".
    Allí donde el liberalismo defendendía la "libertad sexual", llegó el femimarxismo para, además, permitir que elijamos nuestro sexo a la carta, según cómo "fluyan" nuestras emociones" en determinados momentos.

    Pero, insisto, el ataque al derecho a la propiedad privada es evidente. Por ejemplo, restringiendo el uso de automóviles y dificultando y penalizando el consumo de alimentos cárnicos mediante argumentos ecologistas y/o animalistas.

    Yo he observado que el aumento en "derechos" sólo se está dando en la esfera "privada" sentimental y emocional, pero no en el área "colectiva" o socioeconómica. Así, ahora puedes asesinar a tu hijo no nato porque "es tu cuerpo y tu decisión", pero no puedes recuperar tu vivienda si es ocupada.
    Ahora puedes follarte a una cabra (¿recuerdas la obra "La cabra o quién es Sylvia? de 2002?) pero dentro de poco no podrás utilizar tu vehículo ni podrás comer determinados alimentos.

    Falta poco, de hecho, para que se produzca lo que ya se conoce como "reseteo digital". Desaparecerá el dinero en metálico y será sustituido por dinero digital. Eso supondrá que la Banca y el Estado tendrán un control TOTAL sobre los individuos.

    Y sí, habrá una segunda parusía, una perfecta sociedad totalitaria vigilada por un Gran Hermano, implacable y omnipresente, que interferirá en nuestras vidas pública y privada.

    Un cordial saludo

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  25. Hola, Herrgoldmundo

    Exactamente, Herrgoldmundo, esa era la contradicción que deseaba resaltar. Es decir, por un lado desean acabar con el libre mercado y la propiedad privada, y en este punto, son coherentes con su socialmarxismo, pero en otras cuestiones defienden un individualismo emotivista y hedonista que juzgo como contradictorio con el socialmarxismo que dicen defender.

    La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 no fue firmada por Rusia (y países satélites), por los países de confesión musulmana ni por el Vaticano. A pesar de ello se le sigue considerando como una Declaración Universal (¿Pero cómo va a ser Universal una Declaración que no fue firmada por media humanidad?). Los motivos esgrimidos por los países comunistas, diferentes en el caso del Vaticano y de los países árabes fue que dichos derechos eran simplemente fruto de una ideología burguesa.

    Pero es que resulta que este socialmarxismo también, y cuando así lo desea, apela a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero no lo hace desde una concepción meramente jurídico-político o desde un positivismo jurídico sino que lo hace desde la creencia en la existencia de unos presuntos derechos naturales ( Derechos naturales, que a lo que se ve, no sólo incluye a los seres humanos sino también a animales no humanos). Ya me gustaría saber cuál es el fundamento que da un socialmarxista ateo a la existencia de esos presuntos derechos naturales. Por cierto, ni G. Bueno ni X. Zubiri creían en la existencia del Derecho Natural.

    Vamos, que lo que trato de decir es que este socialmarxismo lo es o no cuando le viene bien y los fundamentos son unos u otros según por donde sople el aire.

    Hergoldmundo, la explicación que nos das es que adoptan ese “liberalismo permisivo”, llevándolo al absurdo, con la finalidad de apacentar el ganado humano. Pues sabes qué, que muy bien podría ser tal como nos dices. Quizá yo esté buscando una causa intelectual oculta cuando en realidad no hay tal.

    Un cordial saludo

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  26. Hola Elías

    Yo creo que sí hay una causa "intelectual": la globalista Agenda 2030. Todo lo demás son distracciones, pasatiempos, cortinas de humo y tonterías más o menos ocurrentes para velar la verdad, ocultarla y enterrarla por completo.

    "La verdad, ¿qué es la verdad?" (Poncio Pilatos)

    Un saludo cordial

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