domingo, 5 de abril de 2020

La lengua de Dios (parte I, Cataluña impositora)

ARMAS LINGÜÍSTICAS Y DAÑOS COLATERALES

Que la lengua, en Cataluña, se haya convertido en un "arma" de imposición y sometimiento, que actúa más allá de sus funciones comunicativas, no debería ser ningún secreto para nadie. Y de hecho no lo es, aunque los cínicos (podemitas y demás equidistontos) se nieguen a reconocer esta dolorosa verdad.

Esta entrada, que espero resulte pedagógica para que muchos puedan extraer provechosa enseñanza de ella, me la ha "inspirado" una amistad virtual que lamentaba en su muro el trato que la Generalitat había dispensado a su hija autista. Contaba el angustiado padre cómo Ensenyament había priorizado la imposición de la inmersión lingüística antes que favorecer el desarrollo de las posibilidades comunicativas de una niña que, a pesar de sus dificultades, se comunicaba con sus padres en español.

Sí, este caso resulta especialmente doloroso, pero no es el único. Estoy harto de leer quejas (más que justificadas) de profesores de la escuela catalana, señalando que la inmersión lingüística perjudica a las clases más humildes, a los colectivos de inmigrantes y familias castellanohablantes. Cierto, pero no del todo.

La inmersión lingüística, como el arma impositiva que es, también produce daños colaterales entre los fieles creyentes de la terra, pero aunque muchos sean conscientes de ello, prefieren "mirar hacia otro lado" por tal de mantener viva su dogmática fe provinciana.

Las armas, cuando son de destrucción masiva, y la "inmersión" lo es, no distinguen entre amigos y enemigos a la hora de abrir fuego. Así, los daños colaterales de estas nefastas políticas lingüísticas, condenan al fracaso no solo a las clases más desfavorecidas, sino también a aquellos estudiantes con determinadas dificultades específicas (Inmadurez funcional, TDAH, dislexia, trastornos del desarrollo...), ya sean castellanos o catalanohablantes.

Si la memoria no me falla (que a mi edad ya podría ser), Josep Toro Trallero, eminente psiquiatra infanto-juvenil, expuso una "curiosa" tesis a colación de su famoso test T.A.L.E que evaluaba la lectoescritura. Venía a sostener, el célebre y reconocido psiquiatra, que la dislexia era un "invento" anglosajón, y que dicho síndrome se daba con muy poca frecuencia entre quienes hablaban español.

¿Por qué?

Pues por una sencilla razón: porque la correspondencia grafema-fonema en la lengua española, y a diferencia de la inglesa, es más natural (menos arbitraria). Así, sostenía dicho autor, la mayoría de los niños españoles podían aprender bien su lengua reforzando y haciendo hincapié en el aprendizaje de las normas de correspondecia grafo-fonética, mientras que los niños ingleses tenían que memorizar visualmente las grafías arbitrarias para aprender que perro (dog) no debía escribirse "doc".

Pues bien, he aquí una explicación del porqué, a pesar de que la lengua española esté desterrada en las aulas catalanas, su uso y su aprendizaje gozan de excelente salud. Básicamente porque la lengua española es, además de una lengua universal, una de las que con más sencillez y naturalidad establecen la correspondecia entre la fonética (sonido articulado) y su grafía (escritura).

Sin embargo, ¿qué sucede con la lengua catalana? Pues todo lo contrario, ya que su "arbitrariedad" es tal que exige a los niños diferenciar hasta 5 grafías diferentes para, por ejemplo, escribir el sonido de la letra "s". Por este motivo, un niño con dislexia, ya sea castellano hablante o catalanohablante, escribirá "sinema" en vez de cinema, o en el caso de los sonidos (parecidos fonéticametne) de la "ll" y la "j",  podría escribir "llardí" en vez de jardí.

Desde que se impuso la inmersión lingüística sucedió un hecho curioso, pero muy bien silenciado: todos los niños que tenían algún tipo de dificultad (dislexia, trastorno del desarrollo, TDAH...) mostraban peores competencias en catalán, debido a la arbitrariedad de esta lengua. Pero lejos de reconocer esta VERDAD, la Generalitat, a través de su brazo armado de Ensenyament, rescató el síndrome disléxico (abandonado años atrás) para poder explicar cómo, en poco más de unas décadas, se habían multiplicado los problemas de aprendizaje de las lenguas en Cataluña. Se estableció un protocolo de detección de la dislexia en las escuelas que, por supuesto, tiene mucho sentido para detectar a aquellos niños poco dotados para aprender la arbitrariedad de la lengua catalana, y también la inglesa.

Sí, algunos niños son detectados y convenientemente diagnosticados, pero NADIE se baja de la burra para facilitarles el desarrollo de las habilidades comunicativas a través de una lengua mucho más sencilla (la española) que también es lengua común de TODOS los niños catalanes. Prefieren hacer patria y seguir permitiendo que el catalán cumpla con su sacrosanta misión nacional, caiga quien caiga.

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