martes, 25 de marzo de 2014

Actualización de "Más allá del bien y del mal", de Nietzsche

La presente reflexión no perseguirá un análisis exhaustivo de "Más allá del bien y del mal", sino que pretenderá buscar y establecer nexos de unión entre el pensamiento de Nietzsche y el del filósofo Peter Sloterdijk, también alemán y tanto o más provocador que su díscolo predecesor.
Hoy, en mi opinión, Sloterdijk es el digno heredero de aquellos pensadores alemanes que, mirando de reojo la sumisa moral inventada por Sócrates y Platón, todavía recuerdan con nostalgia a Heráclito y su reivindicación de lo más excelente y selecto: "Uno solo es para mí como miles, si es el mejor".

Antes, pero, creo necesario reivindicar la importancia, vital (nunca mejor dicho), del pensamiento alemán para el mundo occidental. Si bien es cierto que Descartes supuso un importante punto de inflexión para superar racionalmente la filosofía escolástica, y los utilitaristas y pragmáticos filósofos anglosajones establecieron las bases del liberalismo, los pensadores alemanes, desde Kant y Hegel, se han preocupado por las más importantes y relevantes cuestiones: la vida y el ser.
Toda la escuela de Madrid, con Ortega y Gasset como indiscutible maestro, fue heredera del pensamiento alemán, desde el primigenio idealismo kantiano, pasando por Fichte, el vitalismo de Nietzsche y la fenomenología de Husserl (austríaco) hasta llegar al magnífico y brillante Martin Heidegger.
Ortega fue, de hecho, quien, tras una fructífera formación en Alemania, asimilaría y haría suyo el pensamiento de los grandes filósofos alemanes, hasta llegar a elaborar su síntesis conciliadora entre idealismo y vitalismo, entre razón y vida, creando lo que dio en llamar raciovitalismo: razón vital.

Volviendo a Nietzsche, es justo reconocerle que fue el primer filósofo importante en interesarse por la vida (la única verdad radical en el parecer de Ortega). Nietzsche, a través de sus aforismos, y sin llegar a articular un sistema filosófico completo, como hiciera más tarde Heidegger, fue el filósofo de las finas intuiciones, el loco capaz de ver más allá de lo que veían los demás; fue visionario y profeta más que filósofo, antes creador y místico que sesudo pensador ebrio de racionalismo.
En "Más allá del bien y del mal" podemos hallar semillas, pistas y directrices que habrían de llevar a los pensadores posteriores a reflexionar y analizar el transgresor pensamiento intuitivo de Nietzsche para validarlo y legitimarlo a través de racionales metodologías.

Selección de aforismos

- El filósofo hará servir las religiones para su tarea de selección y educación.
- Querer el conocimiento por el conocimiento. Última trampa de la moral.
- No hay fenómenos morales, sino solo una interpretación moral de los fenómenos.
- A menudo, tras un excelente erudito encontramos una persona mediocre, y tras un artista mediocre encontramos una persona excelente.
- Consejo como enigma: si el nudo no se debe deshacer, más vale que lo muerdas.
- No es suficiente tener un talento: también debemos tener vuestro permiso. ¿Eh, amigos?
- Toda moral tiene un punto de tiranía contra la naturaleza. Se basa en el obedecer.
- Sócrates, el padre de la moral utilitarista: el malo solo lo es por error, ya que se hace daño a si mismo. Si aprende a no hacerse daño se vuelve bueno.
- Sócrates se situó, instado por su talento, al lado de la razón y la verdad, y se dedicó a burlarse de la incapacidad de los nobles atenienses que, como nobles, eran instintivos y no podían dar razones suficientes del fundamento de su conducta.
- Todas las morales que se dirigen al individuo para proporcionarles la felicidad son propuestas de represión contra sus pasiones y sus tendencias (buenas o malas). Son una negación del mundo.
- Desde que ha habido seres humanos ha habido ganados humanos (asociaciones, comunidades, Estados, Iglesia...).

Comentarios

He subrayado en negrita lo que considero ideas y conceptos claves para entender el pensamiento intuitivo de Nietzsche; un pensamiento que muchos han tildado de irracional por parecerles, es de suponer, alejado de los dictados de la razón.
Sin embargo, yo creo, como Xavier Zubiri (discípulo de Ortega e integrante de la Escuela de Madrid) que el ser humano es intrínsecamente racional, ergo todas las vías que éste ha creado para hallar la verdad o justificar moralmente sus actos son, necesaria e inevitablemente, racionales. Tan racionales serán las vías científicas como las vías religiosas o místicas, pues todas ellas, al cabo, son producto de la razón humana.

Cuando Peter Sloterdijk afirma, hoy, que el ser humano es ganado cebado en granjas-escuelas, está recuperando a Nietzsche y, al tiempo, obligándose a argumentar, justificar y legitimar a través de metodología racional, lo que en palabras de Nietzsche parecía tan solo intuitiva irracionalidad.
Para muchos cada vez está más claro que las granjas-escuela son una realidad; cada vez está más claro que el sistema educativo tan solo pretende criar ganado sumiso y dócil, desde la mediocridad y proporcionando a las jóvenes crías el pienso o soma necesario para hacerles la vida más fácil y llevadera; para alejarles del sufrimiento y de las dificultades; para alejarles, en definitiva, de la vida misma.
Nietzsche afirmó que las religiones eran las encargadas de realizar tareas de selección y educación y, efectivamente, antes las religiones tenían como funciones principales las de garantizar la estabilidad y perdurabilidad de un statu quo diseñado por y para las élites, las cuales solo pretendían dominar y controlar el mundo.
Pero Sloterdijk sostiene que las granjas-escuela cumplieron tan bien con su cometido que, dándose cuenta de que cada vez resultaba más difícil cebar ganado humano con mentiras religiosas, se reinventaron y adaptaron a los nuevos tiempos: la tarea habría de ser la misma, es decir, seguir criando ganado susceptible de ser controlado y manipulado, pero a través de nuevas verdades. Y es que, descubiertas las tretas de los supremacismos religiosos (cristianismo, judaísmo e islamismo) los gestores del mundo dieron forma a nuevos supremacismos ideológicos; inventaron nuevas religiones laicas y convirtieron a los Estados en dioses todopoderosos.
Resulta cómico, cuando no desesperanzador, ver a los nuevos fieles y adoradores del Dios-Estado arremeter contra las religiones. Ahora, los nuevos predicadores de la verdad llevan "El Capital" bajo el brazo, a modo de irrefutable Biblia, y cuales predicadores de antaño señalan a los herejes e incrédulos con celoso dogmatismo arremetedor: ¡Facha, neoliberal!, vociferan los nuevos sacerdotes, endiosados y ebrios de cegadora fe, desde los diferentes púlpitos que administraciones y organismos públicos les proporcionan.
Y ahora, como antes, no basta con tener talento; no basta con ser un crítico librepensador, sino que, como bien señalara Nietzsche en su profético "Más allá del bien y del mal", hay que tener permiso o licencia para poder dar fe de ello. Siguen siendo necesarias las bulas administrativas, que no papales, para der crédito y legitimar a los mejores.
Por supuesto, serán los nuevos guardianes de la fe y de la verdad quienes decidan quiénes son los mejores, que no serán otros que quienes mejor hayan digerido y asimilado el pienso adoctrinador recibido en las granjas-escuelas de turno.
Frente a tan magnífico entramado manipulador, creador incluso de voluntades populares, poco puede hacer el individuo aislado, salvo, como bien señala Nietzsche de nuevo, no caer en la antigua trampa del nudo gordiano: no debemos obcecarnos en deshacer un nudo perfectamente diseñado para permanecer anudado ad aeternum, sino que hay que morderlo, romperlo en definitiva, como hiciera Alejandro Magno, como hacen todos aquellos que se niegan a seguir subsistiendo a base de consumir pienso adoctrinador y negador de voluntades.
¿Tarea difícil?
Por supuesto, en tanto que ser libre y romper nudos gordianos requiere voluntad, trabajo y sacrificio; precisa esfuerzo para poder llegar a ser uno  mismo a través de constante aprendizaje y ardua búsqueda de conocimiento. Por algo las granjas-escuelas se esfuerzan, precisamente, en negarnos la excelencia; necesitan seguir manteniéndonos en la mediocridad; necesitan engañarnos con nuevos dioses y nuevas religiones, llamémosles "democracias" (pervertidas las más), o asociaciones "anti" que solo pueden justificarse (legitimar su razón de ser) en tanto niegan otras razones de ser ya existentes; llamémosles Estados paternalistas y manipuladores que nos dictan cómo tenemos que ser, que nos condicionan desde la cuna, a través de granjas-escuelas y medios de comunicación a su alcance, para adoctrinarnos y decirnos quiénes tenemos que ser.

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